Mbappé dejó de ser futuro y se convirtió en presente. Es que la estrella del PSG, además de conquistar Francia, se adueñó de los flashes en las últimas semanas, ya que su renovación con el club parisino se mantiene en vilo y podría emigrar a otro país. Es que dejar de jugar con Messi y Neymar, no coquetear con una dupla con Cristiano Ronaldo y lejos de conformar ataque con Ibraimovich, deja en claro que el astro buscará ser figura y adueñarse de un plantel para conquistar Europa.
Ya dejó en claro que está hecho para cosas grandes. Llevó a Francia a ganar la Copa del Mundo y en el PSG se cargó el equipo al hombro en esta última temporada, debido a que ante el déficit futbolístico de Neymar y Messi, la estrella de los dirigidos por Pochettino fue nada más y nada menos que Mbappé.
Y con estos nuevos objetivos, todo parece indicar que el futuro del joven delantero galo está fuera de París y donde suena con mayor fuerza, según la prensa especializada, es en el Real Madrid. Se supo que desde pequeño Mbappé era un fanático del Merengue, especialmente por su idolatría hacia Zidane y la gloria alcanzada por Cristiano Ronaldo. Es por ello que Carlos Ancelotti, antes de disputar la final de la Champions League, ya sueña con Kylian.
De concretarse el traspaso, Mbappé seguiría los pasos de Zidane y CR7, dos de sus principales ídolos. Uno por ser nacido en Francia y otro por la magnitud de sus cualidades deportivas y atléticas, un sinónimo de trabajo. Es que el delantero francés ha dejado en claro que Cristiano Ronaldo es su máximo ídolo, por lo que imitar sus pasos y ser una figura recordada en el Real Madrid podría ser uno de los sueños de Mbappé.
En más de una ocasión, cuando todavía era un adolescente, Mbappé mostraba su habitación empapelada con posters de Cristiano Ronaldo, a quien admira profundamente. Y cuando se consolidó en la elite mundial –y cruzó al luso- se dio el lujo de intercambiar camisetas. La última situación se dio en la reciente Eurocopa, cuando el francés y el portugués bromearon, se sonrieron y cada uno se quedó con la camiseta del otro, dejando una enorme sonrisa en el rostro de Kylian.