Para el ingeniero Jonathan Soto, entremezclar su agenda entre la jornada laboral y algunos viajes de la empresa, con sus incursiones a la nieve, entrenamientos y competencias, resultó en los cuatro años más intensos de su vida, pero para el duranguense, los tiempos de cosechar han comenzado, pues sus múltiples esfuerzos rindieron como fruto su debut en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.
“Soy coordinador de proyectos en una empresa que hace maquinaria industrial para el negocio cárnico en Canadá, Estados Unidos y México. Cuando le mencioné a mis jefes que buscaba calificar a Juegos Olímpicos y que solo trabajaría mis horas justas para poder entrenar, me apoyaron mucho, incluso les dije que el 2022 sería el año más fuerte con viajes y competencias, y me permitieron trabajar a distancia, eso me facilitó un poco lograr la clasificación. Fueron muy flexibles; además, el corporativo me ayudó con dinero para poder costear la temporada”, comentó Soto Moreno.
Aunque los costos de cuatro años de preparación se elevaron a más de 50 mil dólares que gastó de sus ingresos, el propio Jon; un costo mucho más elevado que pagar vuelos, hospedaje y alimentación para ir de vacaciones a Beijing, China; pero al patrocinar con sus propios medios su clasificación, el esquiador olímpico no compromete en cifras, ni marcas, ni ubicaciones el resultado que logre en estos Olímpicos.
“Puedo prometer que voy a darle con todo. Quiero poner a México en lo más alto que se pueda. ¡Estar en los Juegos va a ser una experiencia tan feliz para mi! Se me llenarán los ojos de emoción al ver la bandera de México y voy a hacer la mejor carrera que haya tenido hasta hoy.
“Sé que me van a criticar y a esas personas les puedo enseñar lo que me ha tomado estar a mi nivel. No me dedico esquiar de tiempo completo como profesional, porque además trabajo, pero trataría de explicar lo que he sacrificado y dado; ojalá la gente pueda entenderlo, sino, pues ya”, expresa sonriente Jonathan, quien no viajó a la Ciudad de México para el abanderamiento de la Delegación Nacional que se realizó este martes, en virtud de evitar la posibilidad de contagiarse de COVID-19.
A mediados de enero, Jon compitió en Akureyri, Islandia y culminó en 4o sitio en la prueba de 10km, como parte de su preparación hacia el debut olímpico.
Con ‘padrino’ de lujo
‘Jon’ fue el primer mexicano confirmado para competir en Beijing 2022, en febrero del 2021, al lograr los 241 puntos requeridos para tener el boleto. Estará en el esquí de fondo, o cross country, misma prueba en que compitió el queretano Germán Madrazo en la edición de Pyeongchang 2018 y quien pasó a la historia olímpica con una de las llegadas a meta más emotivas del mundo, pues fue recibido por esquiadores amigos de distintas naciones.
Tan pronto Madrazo se quitó los esquís, buscó transmitir ‘la magia’ de la experiencia olímpica a un espíritu que quisiera trazar su aventura en la nieve y encontró a Jon.
“No quería dejar esta ‘semilla’ guardada bajo la almohada, sino que el fruto sea para alguien más también. Me tocó picar piedra, abrir la puerta en el cross country en Juegos Olímpicos para México y lo importante es que la estafeta sigue con mexicanos participando en ediciones continuas, algo que jamás había pasado y ahora espero mejore lo que yo hice. Esa actitud del ‘cangrejo mexicano’ hay que olvidarla: ya tuvimos nuestro momento de brillar y si alguien puede brillar hasta más que tú, qué gusto. Me enorgullece trabajar con Jon por su resiliencia, su adaptación a cualquier condición, es un ser humano increíble y lo que son las cosas: calificó con los esquís con los que yo fui a Juegos Olímpicos se los vendí muy baratos”, agregó sonriente Madrazo, quien creó una campaña en GoFoundMe para recaudar 10 mil dólares en favor de la preparación de Soto Moreno, misma que con 66 donantes va en 7 mil 635 billetes.
Jon reside en Minnesota hace 15 años y gracias a su calidad humana ha generado una comunidad que le impulsa en el sueño olímpico que en cuatro años, ha tenido un costo estimado de 50 mil dólares, considerando equipo, entrenamientos y viajes de competencia.
“Jon ayuda mucho a la gente, tiene el gusto por ayudar y servir y es algo que admiro muchísimo de él. Ha logrado cosas increíbles en la comunidad de Richmond, Minnesota, que ha vendido galletas, brownies, le han hecho firmas de autógrafos y todo gracias al cariño que le tienen sus amigos de la escuela. Me emociono de ser su entrenador”, aseguró Madrazo Baca, quien espera que la semilla de su participación en PyeongChang 2018 siga floreciendo en más generaciones mexicanas que compiten en esta que es una de las modalidades más demandantes en resistencia, en los deportes invernales.
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