La selección danesa le ha tocado pasar por una Eurocopa 2020 bastante complicada, en su debut no la pasaron nada bien y perdieron frente a Finlandia, además de sufrir la pérdida traumática de su jugador Christian Eriksen, quien se desplomó de manera fulminante víctima de un paro cardiorrespiratorio; el jugador se recuperó favorablemente y ahora apoya desde fuera del campo de juego.
Después en su segundo partido perdieron frente a Bélgica por marcador de 2 goles por cero, con anotaciones de Jason Denayer y Dries Mertens, en apenas dos juegos llevaban 3 goles en contra y ninguna anotación, un desempeño preocupante.
Te podría interesar
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar a partir de su tercer partido frente a Rusia, a la que golearon con marcador de 4 goles contra 1, los goles fueron obra de Mikkel Damsgaard, Yussuf Poulsen, Andreas Christensen y Joakim Maehle; mientras que por la oncena rusa marcó el jugador Artem Dzyuba.
Ya en fase de octavos de final vencieron de forma apabullante a la selección galesa, con marcador de 4 goles por cero, obra de Kasper Dolberg en dos ocasiones, Joakim Maehle y Martin Braithwaite.
Con ese resultado alcanzaron los cuartos de final en una competición que al principio les jugó una mala pasada, pero desde entonces, el equipo se unió y comenzó a generar buen futbol, con eso les alcanzó para derrotar a una aguerrida selección de la República Checa con marcador de 2 goles por 1, con tantos de Thomas Delaney y Kasper Dolberg, mientras que Patrik Schick descontó para los checos.
Ahora, los daneses se encuentran a las puertas de disputar otra final de Eurocopa, luego de su soberbia actuación de 1992 en la que se coronaron campeones sin haber clasificado al torneo. En esta ocasión disputaran la semifinal con el equipo de Inglaterra que va enrachado y motivado para llegar a la final que se disputara en su cancha, en el césped sagrado de Wembley.
¿Será posible que Dinamarca haga la hombrada de llegar de nueva cuenta a la final?
Una lección de historia en un solo torneo
No es la primera vez que el equipo danés se encuentra a las puertas de una final y con amplias posibilidades de llevársela.
En 1992 el combinado danés acudió de manera emergente a la edición organizada en Suecia, en aquella ocasión el equipo albirrojo llegó a la competición como invitado luego de la expulsión del combinado yugoslavo (si, en aquella época existía un país llamado Yugoslavia) por parte de la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA) por los hechos registrados en la Guerra de los Balcanes, conflagración que tuvo lugar entre 1991 y el 2001 y puso en jaque a las ex repúblicas yugoslavas (Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Serbia, Macedonia y Kosovo).
A raíz de ese hecho, Dinamarca ocupó el sitio que le correspondía a Yugoslavia y tuvo que integrar una selección competitiva en menos de 10 días, además sufrió la baja de su estrella Michael Laudrup quien decidió no acudir a la competición.
Aquella Eurocopa fue una competición en la que la historia se hizo presente, ya que por primera vez y luego de la caída del Muro de Berlín en 1990, se presentó un equipo alemán unificado (mismo que disputó la final ante los daneses) y también hizo su aparición el equipo de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), luego de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (la URSS) en 1991 y la caída de la Perestroika bajo el régimen de Mijaíl Gorbachov.
En la edición de 1992, además de Dinamarca, la CEI, Alemania y Suecia, participaron Francia, Escocia, Inglaterra y el campeón vigente Holanda, que venía de conseguir el campeonato anterior (Eurocopa 1988) frente a la selección de Alemania Federal.
En la primera fase Dinamarca quedó en el grupo integrado por Inglaterra, Francia y Suecia, los daneses empataron su primer partido frente a Inglaterra gracias a la actuación del mejor portero del mundo (votado por la crítica en los años 1992 y 1993) y estrella del Manchester United, Peter Schmeichel, el padre del actual cancerbero danés, Kasper Schmeichel.
El segundo partido de los daneses fue contra loa anfitriones que no dieron la oportunidad de brillar a los albirrojos y fueron vencidos por un gol a cero con tanto de Thomas Brolin, mientras que Francia e Inglaterra no se hicieron daño y empataron a cero goles.
Sin nada que perder en la última jornada, Dinamarca salió a “comerse el balón” y venció a Francia con una anotación solitaria de Larsen, ese resultado combinado con la derrota de Inglaterra frente a los suecos por 2 a 1, clasificó a ambos en el grupo 1 con 5 puntos para Suecia y 3 para Dinamarca (recordemos que en aquella época se le daban dos puntos al vencedor y no tres como ahora).
Semifinales de alarido
Ya con los cuatro equipos clasificados a semifinales y siendo el equipo cenicienta del torneo, Dinamarca no se intimidó y en un duelo muy cerrado pero lleno de emociones, empató con la selección de Holanda plagado de estrellas como Ruud Gullit, Marco van Basten, Frank Rijkaard y un joven pero letal delantero, Denis Bergkamp.
En los 90 minutos empataron a dos goles, con doblete de Henrik Larsen y el descuento de Denis Bergkamp y Frank Rijkaard a solo cuatro minutos de finalizar el partido.
En los tiempos extras no se hicieron daño, hasta que llegaron a la tanda de penales, en la que la figura de Schmeichel brilló de nueva cuenta al detener el disparo del goleador y estrella del momento, Marco van Basten para mantener con vida a su equipo y conseguir la victoria luego del tanto anotado por Kim Christofte.
Mientras que en la otra llave el equipo unificado de Alemania se encargó de echar a los anfitriones con marcador de 3 tantos contra 2, obra de Thomas Hässler y un doblete de Karl-Heinz Riedle, mientras que por los anfitriones, marcaron Kennet Anderson y Tomas Brolin, a la postre Suecia se quedaría con el cuarto lugar, detrás de la selección holandesa.
Final soñada
Dinamarca llegó entonces como el caballo negro a su cita con la historia en la grama del estadio Ullevi de Gotteborg, ante un equipo plagado de estrellas (al igual que con Holanda), Klinsmann, Brehme, Köhler, Hässler, Effenberg integraban a la selección teutona unificada desde la época de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el envión anímico proporcionado por las cervezas y la camaradería en el vestidor fueron suficientes para derrotar a la maquinaria alemana, primero con un golazo de Faxe Jensen a los 18 minutos de juego ante la mirada atónita de Bodo Illgner.
La respuesta alemana sobre el arco danés fue poderoso, sin embargo, en todo momento se estrellaron con la figura imbatible de Schmeichel, que mantuvo en cero su portería hasta que el mediocampista Kim Vilfort selló la victoria al minuto 78 de juego, y llevó al equipo cenicienta del torneo a lograr el campeonato de la Eurocopa en su edición 1992.
La pregunta es ¿podrá lograr nuevamente el campeonato con otro Schmeichel en la cabaña?