El mes de mayo era y sigue siendo el más esperado por infinidad de pilotos que quieren volver a repetir o tener una primera oportunidad de estar en la parrilla del óvalo de 2.5 millas del Indianápolis Motor Speedway, en los Estados Unidos.
Corría el año de 1981 cuando un joven piloto mexicano, con 19 años, había pasado ya lo más difícil: calificar para la tradicional carrera, que en ese año cumplía su edición número 65 y en la que desde siempre solo 33 autos pueden tomar la salida. Josele obtuvo el sexto lugar de partida en la segunda fila. Nada mal para un debutante.
“Ciertamente nunca pensé que fuera a calificar entre los primeros. Lo que teníamos en mente era el poder arrancar la carrera”, dijo Josele, quien, ahora cuatro décadas más tarde, revela otros datos curiosos de esa carrera, la cual cambió su vida para siempre.
“Como te digo, no era primordial calificar en la punta pero tuve suerte y conseguí el sexto mejor tiempo; nada fácil, entonces pues luego de tres semanas bajo presión llegó la calificación y sólo teníamos cuatro vueltas para lograrlo, promediando el tiempo de las cuatro”, comentó Josele.
Así fue que, a bordo de su auto Penske número 55 con motor Cosworth y dirigido por David Psachie, promedió una velocidad de 195.101 millas por hora.
A las 11 de la mañana del domingo 24 de mayo se dio el banderazo de salida. La estrategia para enfrentar las 200 vueltas del Psachie-Garza Racing era entrar a pits un máximo de siete ocasiones, una menos que los demás equipos.
Pero Josele tenía enfrente y detrás de él a gallones como Johnny Rutherford, Mario Andretti, Bobby y Al Unser, Gordon Johcoock, al multicampeón A. J. Foyt, entre otros.
Para ese día, Josele contaba con 19 años, dos meses y 9 días de edad, que lo convertía en el piloto más joven en arrancar la Indy 500. Además, fue el primer mexicano y latinoamericano en hacerlo.
“Bobby Unser era el más rápido y ganó la carrera. Había logrado la pole y atrás había muchos otros experimentados”, señala Josele.
“No recuerdo la vuelta, pero llegó la hora de una de las paradas para reabastecer combustible o cambio de neumáticos; la mayoría entró a pits incluyendo los líderes. Yo no entré pero todo era confuso. No sabía en qué lugar estaba. La comunicación por radio no era tan buena como ahora y mi equipo no me señalaba nada en el pizarrón”, recuerda Josele.
“Fue entonces que tomé la decisión de mirar a la torre; ahí vería mi posición, pero a esa velocidad en la primera vuelta no me vi donde creía estar. En la siguiente me perdí y en la tercera se me ocurrió ver de arriba hacia abajo: y ¡ahí estaba, el 55 en primer lugar! Era increíble”, señala Josele, quien después supo que no le dijeron nada para no alterarlo o ponerlo nervioso.
“Fueron primero seis vueltas y más adelante otras siete en el primer lugar. 13 en total y todas en bandera verde”, señala Josele, agregando que para esa segunda ronda ya en el pizarrón aparecía “P-1”.
“Desafortunadamente no pude terminar la carrera. No recuerdo bien, pero entre la vuelta 120 a 130 entré a pits y al salir me fui a un bache y sentí como se fracturó la suspensión ; entré a la pista en tercer puesto delante de Gordon Johncock pero no completé la vuelta. Pegué contra el muro y ahí acabó todo”.
- Su actuación aquí le valió ser nombrado el Novato del Año.
- Su posición final fue el puesto 23.
- Fueron siete ocasiones consecutivas en que Josele tomó la salida en la Indy 500, la última en 1987.
- En México ya se corría la segunda era de los Fórmula Uno y Josele fue invitado al equipo Minardi como tercer piloto; sin embargo, después de todo un año de pruebas, a la hora de la verdad hubo complicaciones (patrocinio) y todo se vino abajo.
- Dijo estar tentado a regresar a la Indy pero desistió, retirándose como piloto con solamente 27 años de edad.
- Durante 13 vueltas fue puntero de la carrera y fue nombrado Novato del Año.
Por Gerardo Jiménez
PAL