Al pueblo argentino la invadió el desasosiego y el caos, derivado de la pérdida de uno de sus mayores referentes en la historia: el futbolista Diego Armando Maradona, a quien miles de aficionados quisieron darle el último adiós, incluso con invasión a la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo, provocando la intervención policiaca.
Desde los decesos de los políticos Eva y Juan Domingo Perón, y del compositor de tango Carlos Gardel, la nación sudamericana no había sufrido tal magnitud.
El llanto era un sentimiento compartido, en donde incluso los fanáticos del Boca Juniors y River Plate, máximos rivales deportivos, se fundían en abrazos para consolar la partida de El Pelusa.
Después del paro cardiorrespiratorio que sufrió el miércoles en su casa de Tigre, Buenos Aires, el cuerpo del 10 de la Albiceleste fue trasladado a la sede del gobierno, para ser velado y que sus seres cercanos y seguidores pudieran despedirse.
No obstante, fueron miles de personas las que se dieron cita pese a la emergencia sanitaria por COVID-19. Las filas se acumularon en los alrededores de la Plaza de Mayo, violando la sana distancia y teniendo tiempos de espera de hasta tres horas.
Por tal motivo la policía puso un límite para el ingreso al velatorio de los visitantes, quienes manifestaron su molestia tirando vallas, empujando y provocando estampidas.
“Que consideremos como ídolo máximo de nuestra nación a un deportista, al que hemos elevado a la categoría de dios, aun con sus contradicciones y debilidades, supongo que es algo difícil de explicar”, contó José Bellas, editor de espectáculos y cultura joven de El Clarín, de Argentina.
“Es algo casi bíblico ver cómo la persona, a la que consideramos dios, era un ser humano y que todo el costo lo terminó pagando únicamente él”, agregó en entrevista para el Heraldo Radio, con Sergio y Lupita.
El desorden llegó al interior de la Casa Rosada, con el acceso descontrolado de fanáticos que dañaron puertas y evadieron al personal de seguridad. Caminaron dentro del Patio de las Palmeras, cual fuese su hogar.
La policía dispersó a la gente con balas de goma y gases. Inclusive, el presidente argentino, Alberto Fernández, pidió calma desde el balcón de la sede, pero la suspensión del velatorio fue inminente.
Custodiado por varios carros y motocicletas de cuerpo policiaco, el féretro de Diego Armando Maradona fue trasladado al cementerio bonaerense de Bella Vista, en donde descansará junto a sus padres.
NÚMEROS
60 años tenía Maradona cuando murió.
1200 policías fueron destinados para mantener el orden.
2 Copas del Mundo ha ganado Argentina.
1876 año en el que llega el futbol a este país.