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Un museo para José Guadalupe Posada

El recinto hidrocálido cuenta con más de dos mil 615 piezas del artista, como la placa de La Garbancera

Un museo para José Guadalupe Posada
El artista tenía formación en saberes como la anatomía animal y humana Foto: Cortesía ICA

José Guadalupe Posada Aguilar nació el 2 de febrero de 1852, en la ciudad de Aguascalientes, para ser precisos en el Barrio de San Marcos, ese que cada año alberga la Feria Nacional de San Marcos.

Hijo de Germán y Petra, quienes, además de Posada, tuvieron cinco hijos más: José María, Cirilo, Bárbaro, Ciriaco y María Porfiria. Si bien la vida de José Guadalupe es un misterio por la poca información que existe, hay pequeños vestigios que nos marcan el trazo de su historia, como la lista de alumnos de la Academia Municipal de Artes y Oficios, en el año de 1868, donde comienza a dibujar de manera más profesional y que, posteriormente, le abre la puerta del taller de José Trinidad Pedroza, en donde perfecciona su técnica y comienza a manejar la caricatura política en El Jicote, un semanario político que tenía como lema: “Periódico hablador, pero no embustero, redactado por un enjambre de avispas”.

(Créditos: El Heraldo de México)

En 1872, con tan solo 20 años, llegó a León donde vivió varios años y logró hacerse de un nombre. En esta ciudad, años más tarde, fue nombrado profesor de litografía, en la Escuela de Instrucción Secundaria, pero el 18 de junio de 1888 la inundación de León acabó con el patrimonio que José Guadalupe había formado; regresó a Aguascalientes por unos meses y después se instaló en la Ciudad de México hasta su muerte.

Durante su vida Posada utilizó diversas técnicas, especializándose en dos de ellas: el grabado con buril y la cincografía, los grabados más célebres de Posada están en lo que se conocía como “hojas volantes”, que eran publicadas por Vanegas Arroyo y decían: “esta hoja volante se publicará cuando los acontecimientos de sensación lo requieran”. Si bien su intención era informar sobre sucesos trascendentales, muchas hojas sólo querían entretener al lector. Justamente las calaveras que tanta relevancia tienen hasta la actualidad pertenecen a esta categoría.

Fue creada originalmente por el caricaturista mexicano, en el año de 1912. Foto: cortesía ICA

En 1912 Vanegas Arroyo le solicitó a Posada una ilustración para la hoja “Remate de calaveras alegres", ahí nació la Garbancera, que bien podría haber nacido como un pacto entre ambos. Ella decide posar ante él para que el mundo la conociera y, a cambio de ponerle un rostro, le daría la vida eterna. José Guadalupe Posada Aguilar murió el 20 de enero de 1913, ya no vio plasmada la imagen de la Catrina Garbancera, pero ambos cumplieron el pacto: ella ha dado la vuelta al mundo y Posada consiguió vivir eternamente.

El 16 de septiembre de 1972 se inauguró el Museo José Guadalupe Posada, en una casona de 1850, para darle difusión a la obra del artista; cuenta con un acervo de dos mil 615 piezas, entre las que destaca la placa original de la Garbancera y está exhibida en la sala permanente del recinto. Además, los visitantes pueden disfrutar diversas exposiciones de gran importancia como la selección de la Bienal Internacional de Estampa José Guadalupe Posada. Y cuenta también con un taller de litografía y grabado en donde se fomenta y fortalece la herencia que dejó el artista. 

 

LSN

 

 

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