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Orquesta Sinfónica de Yale, embajadora de la música

La agrupación creada en 1965 cierra hoy su gira por México, con un concierto en el Conservatorio Nacional de Música

CULTURA

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La  Orquesta Sinfónica de Yale ese integrada por estudiantes de la casa de estudios
La Orquesta Sinfónica de Yale ese integrada por estudiantes de la casa de estudiosCréditos: Especial

El momento actual, dice el director William Boughton, “es perfecto” para que la Orquesta Sinfónica de Yale (YSO, por sus iniciales en inglés), visite México. Más allá de rencillas políticas, la agrupación que dirige desde hace cuatro años, pero que fue fundada en 1965, quiere ser “un tipo de embajador a través de la música, la más grande de todas las formas de arte”, afirma.

La YSO cumplió el primero de los cuatro conciertos en México

La YSO está en México desde el 14 de marzo, cuando cumplió el primero de los cuatro conciertos que ha venido a ofrecer al país. La gira, que forma parte de los viajes internacionales que bianualmente realiza la orquesta, comenzó con una presentación en Guanajuato, otra en San Miguel de Allende y una más en León; esta noche culmina su recorrido en el Conservatorio Nacional de Música con un concierto de entrada libre.

“Este, dice Boughton en entrevista, es un perfecto tiempo para venir a México en una fecha tan importante; la orquesta porque viene como un embajador, un embajador para fortalecer la relación entre México y Estados Unidos y eso es realmente algo muy importante”.

La última vez que la YSO salió de gira fue en 2016, y lo hizo al otro lado del mundo, en Rusia; en 2020 tenía planeado recorrer algunas ciudades de Perú, pero la pandemia de COVID-19 no lo permitió. Para México, los más de 80 miembros de la orquesta prepararon un programa de música de compositores estadounidenses, europeos y mexicanos.

El programa incluye piezas como “Rainbow Body” de Christopher Theofanidis (graduado de Yale); la “Symphony No. 7 en Do Mayor” de Jean Sibelius; el “Concierto para Flauta” de Carl Reinecke y el famoso “Huapango” de José Pablo Moncayo, así como otras piezas como “In a sentimental mood” de Duke Ellington y “Congo del fuego nuevo” de Arturo Márquez.  

"No es una orquesta profesional; sus integrantes estudian en Yale todo tipo de carreras" 

La Orquesta Sinfónica de Yale, dice el propio director, “no es una orquesta profesional; sus integrantes estudian en Yale todo tipo de carreras: medicina, leyes, economía, psicología, arquitectura. La parte de música, la estudian todos ellos simplemente por el amor a ella, y son extraordinarios músicos, tanto así que podrían convertirse en músicos profesionales”.

En ese rasgo genuino, piensa Boughton, está una de las particularidades de la orquesta. “Mi ambición con la Orquesta siempre es buscar más lo profundo que la superficie, conocer a cada músico para ir mucho más profundamente que simplemente ver algo con valor superficial. Para los integrantes la música es una pequeña parte de su vida en la orquesta, pero yo intento traer esa profundidad y humanidad al momento de hacer música”.

Esta tarde, la YSO actuará junto a la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música, que dirige Eduardo Álvarez. La comunión que surja de esa colaboración y de los conciertos que ya ha ofrecido el conjunto, es lo que ha venido a cultivar la orquesta: “El mundo está en una situación terrible y la humanidad tiene tantas cosas positivas y maravillosas con las que puede contribuir”.

“Tenemos que revisar lo que estamos haciendo y la música es una de las mejores maneras de llegar a uno y a otro. Sólo a nivel humano, sólo reaccionando a algo que es hermoso, que es creado por el hombre, podemos cambiar las cosas. Me siento tan apasionado por esto que estamos haciendo así que, si tenemos más intercambios a través de la música, mejor”, enfatiza.

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