MAURICIO SILLER OBREGÓN

Siller Obregón y su pasión por el color

El artista mexicano celebra 40 años de trabajo con una retrospectiva en la que se pueden conocer las diferentes etapas de su trabajo

CULTURA

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Mauricio Siller Obregón trabaja en Plaza Zentrika todos los díasCréditos: El Heraldo de México

El arte, dice Mauricio Siller Obregón (Ciudad de México, 1956) “debe corresponder con el momento que vive, sería absurdo pintar como los maestros del siglo XVIII; yo pinto como veo la vida”. También muralista, escultor, ceramista y litógrafo, el artista plástico está cumpliendo 40 años de trabajo frente al caballete y para celebrarlo ha reunido su obra, en una suerte de retrospectiva, que llena de color y forma el espacio.

Los 101 cuadros de Siller Obregón, junto con obras elaboradas en otras técnicas que incluyen vidrio, barro o cerámica, ocupan un local de la Plaza Zentrika de Santa Fe. Ahí, el artista pinta diariamente a los ojos de los visitantes. “Soy una persona que ama el arte y el trabajo”, dice. Su exhibición permite recorrer las ocho etapas en las que él mismo ha dividido su trabajo, desde los primeros años, cuando su familia intentó que se dedicara a otra cosa.

Próximamente expondrá en la Galería Carey de Barcelona (Foto: Cortesía)

“Desde niño supe que quería ser artista”, recuerda. Sin un antecedente familiar en el arte, su padre se opuso hasta que no terminara una carrera universitaria: “Hicimos una especie de pacto; me dijo: ‘Saca una carrera y haz lo que quieras’. Él me la escogió, estudié economía y el día que la termine, le di el papel, y le dije: ‘Ahí nos vemos’, y me fui a Europa”. Siller mamó entonces del arte más puro, si en México le habían cautivado los paisajes de Velasco y Clausell, en el viejo mundo fueron los impresionistas y el expresionismo alemán.

Allá se acostumbró a trabajar con óleo y en 1980 se sentó frente al lienzo y ya no paro. Siempre de manera independiente y autodidacta, fue definiendo un estilo hasta llegar a esas formas que pueblan sus cuadros, a esa combinación de colores brillantes que él llama “constrate simultaneo”. El colorido heredado de las culturas originarias, pero también la imaginería prehispánica están en su ADN: “Uno de los grandes festines que me doy frecuentemente son los museos de arqueología, no hay una estética tan bella como la olmeca, los mayas”.

Siempre trabajando de manera independiente, Siller Obregón ha montado 56 exposiciones individuales en México y en el mundo, pero los museos públicos siguen negándose: “Me gustaría hacer una gran exposición en el Museo de la Ciudad de México, pero aún no ha habido la oportunidad”. Otro sueño le inquieta, revivir una nueva época para el muralismo, que siendo parte del Somaap (Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas), intenta impulsar.

ELEMENTOS

  • Siller Obregón trabaja en Plaza Zentrika todos los días.
  • De L a V, de 11:00 a 19:00 y los S y D de 13:00 a 18:00 horas.
  • Próximamente expondrá en la Galería Carey de Barcelona.

NÚMEROS

  • 101 cuadros exhibe en Plaza Zentrika.
  • 30 de agosto concluye la exhibición.

CAR