ARQUITECTURA

Andrés Roemer conversa con Moshe Safdie

La obra de esta personalidad trasciende la vida misma para ser parte de la eternidad…

CULTURA

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"COMPLEJO HABITAT 67". 1967, Montreal, Quebec. Foto: Cortesía CDI.Créditos: Foto: Cortesía

Hablando del urbanismo, como menciona Desmond Morris en su libro El mono desnudo, vivimos en una jungla de concreto, y, con la cuarentena, lo que descubrimos es la falta de calidad de vivienda en términos de espacio y de libertad; me gustaría saber qué opinas sobre lo que está pasando. Como filósofo y arquitecto, ¿cuáles son tus reflexiones? Durante la cuarentena me llamó una amiga de Nueva York que vive en un edificio de lujo. Me dijo que no puede abrir las ventanas, no tiene balcón y se está volviendo loca. Creo que lo que entendimos es que esa disociación de la naturaleza es muy destructiva. Necesitamos una mejor integración de la naturaleza en la arquitectura y no solamente en parques a nivel piso, sino en edificios elevados. Incluso la idea de comprar en la calle, los centros comerciales que se han construido en los últimos 30 años, herméticos, cerrados, alejados de la ciudad. Recién creamos un enorme complejo comercial para el aeropuerto de Changi, en Singapur, llamado La Joya. Tenemos el jardín más grande bajo un techo de vidrio, cascadas que se alimentan de la lluvia, tiendas, hoteles, pequeños museos: esta integración en una sola experiencia lo que queremos crear, esa es la dirección del futuro.

OBRA. "Complejo Habitat 67", 1967, Montreal, Quebec. Foto: Cortesía CDI.

Recuerdo, y no sé si sea leyenda urbana, pero alguien me dijo que cuando Frank Lloyd Wright fue a la corte, le preguntaron en EU, donde uno está bajo juramento, quién era y él respondió: “Soy el mejor arquitecto del mundo”. Después de eso, su esposa le dijo, que fuera más humilde, y él contestó que lo sentía, pero estaba bajo juramento. Para mí, tú eres uno de los mejores arquitectos. 

Es interesante que lo menciones, porque, un punto bueno de la pandemia es que terminé de escribir mi autobiografía. Recuerdo esa historia y, a pesar de que presumió, y creo que es una historia verdadera, él era un arquitecto humilde, porque respetaba la naturaleza. Diseñaba con la naturaleza, y aunque estaba presumiendo, era humilde. 

 

¿Hay algo que ansíes hacer que no hayas hecho? 

Hay una obra que me gustaría hacer todavía. Si me regreso a 1967 cuando hacía Habitat 67, propuse una ciudad tridimensional más grande que lo que construimos en la Feria Mundial, con 30 o 40 pisos de oficinas y calles y una integración completa con las partes habitables y productivas. Eventualmente construimos la sección donde todos podían tener un jardín, pero esta idea de un complejo para un sitio con la densidad del centro de Nueva York o Hong Kong, que creo podría reconfigurarse como algo tridimensional con oficinas y departamentos; calles y parques integrados en una nueva formación que es casi un crecimiento natural del ambiente. Me encantaría hacer algo a esa escala, probablemente un complejo de 20 hectáreas para mostrar el potencial de la integración entre la naturaleza y los ambientes de alta densidad y la dirección en la que deberíamos movernos. Creo que debería suceder en una ciudad importante o en un país donde haya ciudades grandes. Se necesita la combinación de la ambición, la voluntad, el deseo, y una sociedad entre la iniciativa pública y privada. 

 

Escribí recientemente, que al Moshé de La Biblia le tomó 40 años llegar de Egipto a Israel, pero en tu caso, sí lo has logrado. Traes la funcionalidad, el sentimiento y la filosofía, pero lo más importante; detrás del artista hay un gran ser humano. Eres un mensch.

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