Ricardo Arellano tiene 31 años, vive con su madre y hermana en Norias del Ojocaliente, tiene parálisis cerebral y se gana la vida haciendo piñatas.
Comenta que comenzó su negocio hace 5 años, después de graduarse de un curso espacial para discapacitados para después vender en la calle piñatas pequeñas con el objetivo de ayudarle a su mamá con los gastos de la casa.
“Me enseñaron a hacer piñatas y a gente igual como yo, con diferentes discapacidades, también le enseñaron a mi mamá para que me ayude todo el año”, dijo.
Asimismo, menciona que durante todo el año trabaja haciéndolas de poco en poco para en diciembre venderlas.
“Trabajo todo el año haciéndolas para guardarlas y en la navidad las saco. Todo el año trabajo, hago de 5, de 10 .o de 15, puede variar”, indicó.
Señala que en el Estado hay muy pocas oportunidades laborales para personas discapacitadas y que le hubiera gustado estudiar Ingeniería en computación, aunque la situación económica aún no se lo ha permitido
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