La industria del entretenimiento en México ha crecido exponencialmente en los últimos años, ofreciendo grandes eventos. Sin embargo, hay una preocupación constante por sus prácticas han generado críticas y controversias entre los fans: el monopolio de Ticketmaster.
Es una de las principales empresas de venta de boletos a nivel mundial. Es una gran experiencia poder ir a grandes conciertos o importantes eventos deportivos. Sin embargo, poco a poco el servicio al cliente de Ticketmaster ha bajado su rendimiento, vendiendo boletos falsos o agotándolos antes de sacarlos a la venta al público.
Algunos fanáticos que intentaron adquirir boletos para conciertos de artistas como Bad Bunny o Taylor Swift, se encontraron con boletos agotaros en cuestión de segundos, para después encontrarlos en sitios de reventa a precios extremadamente alto, orillando al consumidor a la reventa.
Ticketmaster ha sido criticada por imponer cargos ocultos y comisiones excesivas, incrementando aún más el costo total para los asistentes. Las regulaciones destinadas a garantizar precios justos y transparentes en la venta de boletos son escasas, permitiendo que opere sin una competencia significativa.
A pesar de que el gobierno mexicano ha intervenido en ocasiones, estas acciones resultan insuficientes para abordar el problema subyacente del monopolio. Es imperativo que se tomen medidas para asegurar que los fanáticos no sean explotados en su búsqueda de acceso a eventos culturales y deportivos.
El monopolio de Ticketmaster puede haber contribuido al éxito económico de eventos como el Gran Premio de México, pero ha dejado una sombra de desconfianza y desilusión entre los seguidores que luchan por obtener boletos asequibles y justos. Es crucial abordar este tema para garantizar que la emoción y la pasión de los fanáticos no sean explotadas en beneficio de pocos.
Por José Antonio Diaz Fontaine
Economía y Ciencia Política
Instituto Tecnológico Autónomo de México
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