Los tiempos de persecución también suelen ser fecundos en términos de ejemplos de fe, sobre todo por parte de aquellas personas que rinden su testimonio de forma fervorosa y sin miedo.
Es el caso de Edith Stein, quien fue canonizada bajo el nombre que adquirió al sumarse a la hermandad de los Carmelitas, Teresa Benedicta de la Cruz, y quien fue una de las miles de judías asesinadas por el nazismo.
¿Quién fue Santa Teresa Benedicta de la Cruz?
Edith Stein fue la más pequeña de los 11 hijos de un comerciante de maderas judío de la ciudad alemana de Breslau, Prusia. Su padre murió cuando ella cumplió dos años de edad y su mamá luchó por sacar adelante a su numerosa familia.
Durante su juventud, Edith se sintió atraída por las causas sociales, el feminismo radical y las leyes. Luchó por el derecho al voto femenino y estudió fenomenología, y precisamente mientras estudiaba filosofía con Edmund Husserl y Max Scheler, descubrió a los pensadores católicos, como San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de la Cruz.
El estallido de la Primera Guerra Mundial, donde sirvió como enfermera, hizo que Stein se convirtiera definitivamente al catolicismo. En 1922, le revela a su familia su conversión, la cual es acogida con comprensión.
Dieciséis años más tarde, el auge del nazismo hizo que la ya entonces sor Teresa Benedicta de la Cruz tuviera que huir a los Países Bajos, donde trató de animar a la congregación local. En 1942, cuando los nazis tomaron la región, fue capturada junto a otros cientos de judíos católicos y enviada primero al campo de concentración de Westerbrok y luego al de Auschwitz.
En el campo de la muerte, Edith Stein se dedicó a cuidar de los niños y a brindar consuelo a las mujeres. Murió en las cámaras de gas el 9 de agosto de ese año.
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