Todos anhelamos un descanso profundo y reparador tras un largo día de trabajo. Sin embargo, algunos factores pueden influir en la calidad de nuestro sueño y, en consecuencia, en nuestra salud y bienestar. Uno de estos factores puede ser la orientación de nuestra cama, en especial, si dormimos con la cabeza hacia el Norte. Según el Feng Shui, una milenaria filosofía china, esta disposición podría no ser la más beneficiosa para nosotros.
Esta corriente de pensamiento se enfoca en cómo el ambiente puede influir en nuestro bienestar. El término de Feng Shui se traduce como "viento y agua", y hace referencia a la armonía y el equilibrio. Por ello, la ubicación y la disposición de los objetos en un espacio pueden afectar la energía (o chi) de ese lugar, y consecuentemente, nuestra salud, estado de ánimo y éxito.
¿Cómo dormir?, según el Feng Shui
Descansar por las noches con la cabeza hacia el norte no es la opción más recomendable, ya que esta posición puede interferir con el flujo de energía en nuestro cuerpo, ya que esta dirección está asociada con el agua, que es pasiva y fría. Esta dirección puede afectar nuestro descanso y hacer que nos sintamos más cansados y desgastados al despertar.
Además, se sostiene que la cabeza debe estar hacia una dirección que promueva la salud, la prosperidad y la felicidad. En general, se recomienda dormir con la cabeza hacia el Sur, ya que se asocia con calor, luz y vida, aunque también depende de tu número Kua personal, un cálculo basado en tu fecha de nacimiento y género.
El Feng Shui es una guía no, una regla
Es importante recordar que aunque el Feng Shui ofrece una guía y consejos útiles para mejorar nuestra calidad de vida, no debemos tomarlo como un dogma estricto. Es una herramienta más para lograr un ambiente que nos haga sentir bien. Si te sientes cansado al despertar, quizás valdría la pena probar un cambio en tu cama.
Recuerda, la meta principal es que te sientas cómodo y en paz en tu espacio. Escucha a tu cuerpo y toma en cuenta las sugerencias para potenciar tu bienestar. Al final del día, lo importante es lograr un sueño profundo y rejuvenecedor que nos prepare para enfrentar un nuevo día con vitalidad.