La persecución que el emperador romano Diocleciano realizó de los fieles cristianos pasó a los anales de la historia bajo el nombre de la gran tribulación, debido a la saña con la que eran martirizados los seguidores de Cristo.
Dos de sus víctimas fueron los hermanos romanos Marcos y Marcelino, hijos de los santos Marcia y Tranquilino, quienes fueron martirizados por órdenes del emperador debido a la fe que, de manera discreta, profesaban a Cristo en su tiempo.
De acuerdo con el Martirologio, ambos hermanos fueron capturados hacia el año 304 por un prefecto de nombre Cromazio, quien les ofreció un plazo de un mes para que se arrepintieran de su fe cristiana.
Su primera sentencia fue de una serie de azotes, tras la cual tenían que renegar de su fe. Al no hacerlo, los hermanos fueron condenados a muerte, ante las súplicas de sus familiares que deseaban que dejaran el cristianismo para salvar sus vidas.
Sin embargo, Marcos y Marcelino ni siquiera lo consideraron. Así, fueron asesinados con lanzas en un sitio conocido como Las Arenas, en Roma, donde posteriormente fueron sepultados.
¿Qué significan los nombres de Marco y Marcelino?
Curiosamente, los nombres de los dos hermanos están relacionados con la deidad romana de la guerra, Marte. Marcos se puede traducir como “consagrado a Marte”, mientras que Marcelino significa “martillo” o “relativo a Marte”.
Se cuenta que, el 18 de junio de 1685, una fuerte tormenta azotó la ciudad de Badajoz en la comunidad autónoma de Extremadura, España. Un rayo golpeó el polvorín donde se guardaban las armas de la localidad pero, milagrosamente, no se produjo una explosión.
Desde entonces, los santos Marco y Marcelino son considerados los patronos de la ciudad de Badajoz, que actualmente cuenta con más de 150 mil habitantes y es considerada la más poblada de Extremadura.
