En 1954, Ann Hodges, una mujer de Alabama, fue herida por el impacto directo de un meteorito mientras descansaba en su sofá. La roca, de 4.5 kilos de peso y 4.500 millones de años de antigüedad, dejó una herida considerable en su costado tras atravesar su techo y rebotar en su radio. Recientemente se recordó este caso por que el 8 de mayo pasado, Suzy Kop, una mujer de Hopewell Township, Nueva Jersey, reportó que una roca espacial había entrado por su casa.
Un acontecimiento así es extremadamente raro, de hecho, Michael Reynolds, astrónomo del Florida State College, afirmó que es más probable "ser alcanzado por un tornado, un rayo y un huracán al mismo tiempo".
Hodges se salvó de la muerte
El incidente de Hodges fue más complejo, ya que el meteorito se había dividido en dos. Mientras una parte aterrizó en su casa, la otra se encontró a unos 800 metros de distancia, en el campo de un granjero. Los testigos describieron la visión como "una luz rojiza brillante" atravesando el cielo, algunos incluso mencionaron una "bola de fuego, como un gigantesco arco voltaico".
Tras el incidente, enfrentó una disputa legal con su casera, quien reclamó la propiedad del meteorito. Hodges, convencida de que la roca le pertenecía, comentó: "Creo que Dios lo quiso para mí. ¡Después de todo, me golpeó a mí!".
Se quedó como un bonito recuerdo
Finalmente, tras un acuerdo extrajudicial, Hodges obtuvo la roca cósmica por 500 dólares. A pesar de las expectativas de la víctima, no lograron encontrar un comprador para el meteorito. Así, durante un tiempo, la roca sirvió como tope de puerta, hasta que finalmente decidieron donarla al Museo de Historia Natural de Alabama.