Fenómenos naturales

La historia de Antonio, el hombre que inspiró el apodo de “Don Goyo” para el volcán Popocatépetl

Las leyendas son parte de la cultura popular mexicana y algunas de éstas se mantienen como parte de comunidades generando asombro

La historia de Antonio, el hombre que inspiró el apodo de “Don Goyo” para el volcán Popocatépetl
Historia de Antonio, el hombre que inspiró el apodo de “Don Goyo” para el volcán Popocatépetl Foto: Cuartoscuro

La reciente actividad del volcán Popocatépetl, por la que una intensa lluvia de ceniza tiñe de gris comunidades aledañas, ha despertado un sinfín de leyendas que aún se transmiten de generación en generación, manteniendo viva parte importante de la cultura popular mexicana. Como la que revela el origen del apodo “Don Goyo”, que aunque se menciona de forma cariñosa advertía de sus riesgos a los pobladores. 

El Gran Diccionario Náhuatl de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que Popocatépetl se traduce como “montaña que humea”. Aunque la población lo ha llamado por años de otras maneras, las más populares “Popo” o “Don Goyo”, éste último a quien estaría dedicado el ritual de “cumpleaños” que cada año realizan pobladores de la comunidad de Santiago Xalitzintla, Puebla, para pedir por la fertilidad de las tierras, lluvias y pedir que “se porte bien”. 

"Don Goyo", apodo que mexicanos dan al volcán Popocatépetl. Foto: Cuartoscuro

Aunque se ha señalado que fueron habitantes de las comunidades cercanas quienes comenzaron a llamar de esta manera al volcán por respeto, otros destacan la historia de Antonio que vivía cerca del Popocatépetl y durante años habría sido testigo del poder que tiene y la espiritualidad que rodea su naturaleza.

Origen del apodo “Don Goyo”

La historia comienza en Santiago Xalitzintla, una localidad en Puebla conocida por su cercanía con el cráter del Popocatépetl. En este lugar vivía Antonio, quien, detalla la leyenda, durante una caminata por las faldas del volcán tuvo un estremecedor encuentro con un hombre llamado Gregorio Chino Popocatépetl que le cambió la vida.

Don Gregorio, como lo llaman pobladores por respeto, sería la personificación del volcán y le hizo saber a Antonio que se le aparecería únicamente cuando estuviera cerca una erupción o para hacerle saber que todo estaba bien en caso de fumarolas, esto con el objetivo de que él advirtiera al resto de los habitantes. 

Luego de ello, Antonio se convirtió en el primer “tempero” y cuando falleció sus hijos asumieron la responsabilidad de advertir a los residentes sobre un riesgo o informar de la actividad del volcán. 

Esta es una de las leyendas que hay sobre el Popocatépetl, aunque la más conocida es aquella entre un guerrero y una doncella cuyo amor se ve inmortalizado en este volcán y el Iztccíhuatl, también llamado “La mujer dormida” debido a que descansan juntos tras la muerte derivada de una traición. 

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