Bobi, el perro de más edad del que se tiene registro y poseedor del récord Guinness, falleció este sábado en su hogar en la villa de Conqueiros, Portugal, informó su familia y su veterinaria en redes sociales.
Con 31 años y 165 días de edad, Bobi habría tenido en años humanos alrededor de 86, una edad a la que ningún otro perro en la historia ha llegado, o al menos no se ha tenido un registro oficial de los hechos.
De acuerdo con el récord Guinness, Bobi fue registrado en 1992 en el Servicio Médico Veterinario de Leiria, región ubicada en Alentejo, Portugal, donde vivió con la misma familia casi desde su nacimiento.
Una historia de supervivencia
Según el relato de Leonel Costa, quien adoptó al lomito desde que era un cachorro y él tenía 8 años de edad, fue el único de su camada que se salvó de un destino cruel pero relativamente común entre los perritos no deseados por sus familias.
“Desafortunadamente, en ese entonces era considerado normal por la gente mayor enterrar en un hoyo a los cachorros que no querían para que se murieran”, detalló el orgulloso dueño del can, de la raza rafeiro do Alentejo.
Costa cuenta que, por un descuido de sus papás, Bobi se quedó oculto detrás de una pila de madera cuando se llevaron a los otros perritos de la camada para eliminarlos. Al darse cuenta de ello, los niños decidieron conservarlo hasta que sus padres se dieron cuenta.
“Nos gritaron un montón y nos castigaron, ¡pero valió la pena y fue por una buena razón!”, declaró Costa al sitio de los récord Guinness.
El secreto de la longevidad
Para Leonel Costa, la inusual edad a la que llegó Bobi se debió a una combinación de cuidados, buena alimentación y un ambiente tranquilo en el que se desarrolló su larga vida, en la que prácticamente no tuvo grandes problemas de salud.
“Buena nutrición, contacto constante con la naturaleza, libertad para descubrir su medio ambiente, cuidado veterinario constante y amor. Bobi sabía que era profundamente amado”, señaló en declaraciones retomadas por la doctora Karen Becker.
Otras mascotas cuidadas por Costa llegaron a edades muy avanzadas. Gira, la mamá de Bobi, murió a los 18 años, y Chicote, otra mascota de la familia, falleció a los 22 años, ambos de causas naturales.
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