El caso de Jim Jones

Así fue el suicidio colectivo más grande de la historia causado por un pastor

Jim Jones, un reverendo quien dirigía un riguroso culto religioso, convenció a casi mil personas de quitarse la vida

Así fue el suicidio colectivo más grande de la historia causado por un pastor
Jim Jones fue un popular predicador, quien formó una comunidad liderada por él mismo en una tierra ubicada en Guayana Foto: Especial

Jim Jones, mejor conocido como "Reverendo Jim Jones", nació en una comunidad rural en Indiana, donde su padre, veterano de la Primera Guerra Mundial, tenía una enfermedad en los pulmones debido a la inhalación de gas tóxico de las armas químicas utilizadas durante el conflicto bélico. Sus dolencias físicas lo limitaban laboralmente, lo que significó un hogar con capacidades económicas deficientes. Por su parte, su madre era una ama de casa, y manifestaba expresamente su arrepentimiento de haber tenido un hijo.

Ante la deplorable salud del padre, la madre buscó trabajo lejos de su hogar, lo que agravó la soledad del pequeño, quien calmaba esta aflicción con la compañía de los vecinos, ya que le tenían un alto estima.

Durante una cena ofrecida por parte del pueblo, el joven conoció a la mujer un pastor. Pronto, el pastor y Jim formaron un estrecho lazo, el cual fue fortalecido por las enseñanzas del evangelio.

Jim presentó desde temprana edad gran interés por predica en frente de multitudes 
FOTO: Especial

Con tan solo 10 años de edad, el susodicho era capaz de recitar pasajes enteros de la biblia, lo que sacaba a la luz sus intensas obsesiones cuando algún tema robaba su interés. Su afición por predicar pronto derivó en imitaciones por la calle de su domicilio, ya fuera a vecinos, amigos e incluso animales.

Sus tintes de pastor no tardaron mucho para que cobraran un sentido irónico y hasta tal punto satírico, dado que modificaba los procesos cristianos bajo sus propias condiciones. Un ejemplo claro fue cuando cambió el agua baptismal por sus orines.

A su temprana edad estalló la Segunda Guerra Mundial, y Adolf Hitler, retratado por la sociedad occidental como un cruento líder, se convirtió en un personaje a seguir para Jones, quien formó una profunda inclinación por el nazismo, además de su obsesión por la autoridad. 

Karl Marx y el comunismo fueron otros peldaños clave para que Jones alcanzara el carácter que necesitaba para transformarse en un "guía" para cientos de seguidores.

En suma, el concepto de la segregación lo enervaba hasta la médula, motivo por el cual su ideología pregonaba unión entre las comunidades, sin importar su origen u orientación. 

Jones forma el Templo del Pueblo

Pasaron los años y nuestro protagonista contrae matrimonia, a la vez que forma una familia con hijos adoptados de diferentes razas.

No es hasta 1954 que Jim forma su propia congregación, el Templo del Pueblo. En sus reuniones aseguraba haber curado a ciegos, personas con tumores, pacientes moribundas, entre otros necesitados. 

Su popularidad empieza a cobrar terreno a un ritmo sin precedentes, puesto que procuraba apoyar a gente que se encontraba en las drogas y adicciones, sin dejar de lado su constante movilización en favor de activistas raciales, gesto que le valió el respeto de la comunidad afroamericana, lo que representó un sector más a las filas de sus seguidores. 

Su deseo de implementar una utopía lo condujo a arrendar una tierra en el país de Guyana, en Latinoamérica. Los 12 kilómetros cuadrados fueron la sede de "JonesTown", un pueblo dictado por Jim. En poco meses llegan miles de personas, lo que forma una comunidad. Sin embargo, distó de ser lo que su proyección inicial aspiraba a ser.

Su apoyo por la comunidad racial le valió numerosos seguidores a su culto 
FOTO: Especial

Necesidades básicas tales como el alimento se convirtieron en un constante martirio debido a la complicada tierra en la que se encontraban, por lo que ni siquiera las intensas jornadas de cultivo inculcadas lograban saciar en buena medida el hambre de los habitantes. 

En tanto, quienes intentaban desertar eran capturados y llevados a un hospital para posteriormente ser drogados y manipulados mentalmente con el objetivo de que Jones no perdiera adeptos, incluso si esto significaba usar la fuerza (usualmente psicológica).

El tráfico final de Jonestown 

Se cree que Jim padecía una grave enfermedad mental, la cual se encontraba en una faceta tan avanzada que había perjudicado el desempeño de sus dicursos, por lo que cuando predicaba su palabra en el podio, tan sólo era capaz de emitir incoherencias, y difícilmente articulaba una oración digna de una persona poseedora de sus cinco sentidos. 

La errática paranoia de Jones, más presente en ciertos días que en otros, le provocaba la necesidad de convocar a sus seguidores en un pabellón, donde ponía a prueba su lealtad para saber si lo seguirían hasta la muerte, suceso el cual el no temía ya que creía en la reencarnación. En ocasiones, sometía a votación a sus creyentes para que determinaran en ciertos noches lo que procederían a hacer, ya que, según él, invasores pronto invadirían su comunidad. 

Jonestown fue donde ocurrió la tragedia recordada hasta el día de hoy
FOTO: Especial

Su manipulación llegaba a tal grado que la votación siempre terminaba con el mismo resultado: la gente decidía el suicidio colectivo. Sin embargo, cuando los habitantes bebían el líquido rojo que Jones había repartido para terminar con sus vidas, no sucedía nada, lo que representaba la prueba de lealtad que él mismo implementaba. 

No fue hasta una tercera o cuarta ocasión que este ejercicio no fue un simple simulacro, dado que Jones preparó un menjurje mezclado con barbitúricos, tranquilizantes y cianuro para que su comunidad lo bebiera. 

Tras proveer el líquido a los bebés y niños, los presentes empiezan a darse cuenta que no es una simple prueba y el veneno es real. Sin embargo, tan sólo una persona decide enfrentar a Jim Jones y tratar de hacerlo entrar en razón, por supuesto, en vano. 

Fueron 913 personas las que perdieron la vida en el trágico suceso, donde se encontraban alrededor de 200 menores de edad. Hasta el día de hoy se relata esta turbia historia, la cual ha trascendido por su cruda revelación sobre la capacidad de los seres humanos para manipular a los de su entorno

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