El matrimonio de la reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo estuvo a punto de no haberse llevado a cabo, debido a que los padres de la monarca se sentían preocupados por esta unión.
Si bien aceptaban que el linaje de entonces joven era sólido, les preocupaba mucho la relación que su familia tenía con el régimen del nacionalsocialismo que se instauró en Alemania.
El romance entre los dos se dio desde 1939, cuando ella tenía 13 años de edad y el 19. En ese momento iniciaba la Segunda Guerra Mundial, por lo que la Corona no se mostraba molesta con esta relación.
Sin embargo, para 1945, año en el que finalizó el conflicto y se juzgó a los alemanes por haber llevado a miles de personas a campos de concentración, tanto Isabel como Felipe estaban pensando en unir sus vidas de manera formal.
Esto incomodó a la familia real, ya que pensaban que este matrimonio podría ocasionar problemas de imagen severos, ya que el príncipe estaba ligado a personajes importantes del nacismo.
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El abuelo materno del príncipe era germano y sus cuatro hermanas se habían casado con integrantes de la aristocracia de la nación que fue liderada por el canciller Adolf Hitler durante el conflicto mundial.
Pese a estos impedimentos y diversas discusiones, Isabel logró casarse con el único hombre al que amó y con quien estuvo hasta el 9 de abril de 2021, cuando murió.
sin embargo, la ceremonia no pudo celebrarse con la presencia de las hermanas del monarca, debido a que la Corona tenía miedo de que se les relacionara con la ideología nazi.
Haberlas llevado habría ocasionado inclusive un problema de política exterior, ya que el Reino Unido fue uno de los grupos que pelearon junto a los aliados en contra del eje Berlín-Roma-Tokio.
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