"Fé en la humanidad restaurada", es como seguro muchos titularían la historia entre un niño y un hombre de la tercera edad que se ganaba la vida a través de la venta de dulces en las calles de Uruapan, Michoacán.
El escenario fue un negocio de comida donde se venden tacos, mismo al que llegó el abuelito con su canasta llena de dulces para ofrecérselas a los comensales y poder llevar algo de sustento a su hogar. La acción fue captada por un pequeño, identificado como Adalid, que comía ahí junto con su madre.
Al notar que la situación de aquel hombre era complicada decidió ponerse de pie y regalarle las riquezas que había ganado jugando a la lotería con su familia: 40 pesos. En agradecimiento, el señor le ofreció unas paletas, pero se las rechazó para que pudiera venderlas.
El pequeño quedó inconforme y conmueve a su madre
Ya en la mesa con su mamá, el chico no perdió de vista al vendedor de edad avanzada y tras pensarlo un rato decidió darle lo último que le quedaba en los bolsillos, 29 pesos.
A pesar de que se los entregó, seguía inquieto. Al final, su pequeño pecho no logró soportar la idea de que el anciano estuviera muriendo de hambre, por lo que le suplicó a su madre, de nombre Karen Espinosa, con lagrimas en los ojos, que por favor le comprara unos tacos y un refresco.
Conmovida por lo que había presenciado y la petición de su pequeño, la madre accedió sin pensarlo dos veces. Una vez que el mesero le sirvió al hombre la cena, el chico hizo una observación que la madre guardará toda su vida: "Mira mamá, está cenando tan a gusto", compartió ella en su cuenta de Facebook.
Aunque la historia ocurrió en el 2019, antes de la pandemia del Covid-19, sigue sonando muy fuerte en redes sociales donde los internautas le han aplaudido al menor de edad que en aquel entonces tenía ocho años.
