Es sabido por muchas personas que los desiertos suelen tener variaciones de temperaturas extremas, que los hace pasar de climas muy calurosos durante el día a registrar bruscos descensos que lleva a los termómetros a marcar algunos grados bajo cero. La razón por la cual esto ocurro es una mezcla de diversos factores, entre ellos la arena y la humedad, que juegan un papel determinante en este fenómeno.
Las temperaturas en desiertos como el Sahara, Del Gobi, de Altar, el Kalahari o el desierto de Arabia, pueden registrar temperaturas de más de 45 grados durante el día y de menos dos o tres grados en la noche y a lo largo de la madrugada, lo que hace imprescindible que las personas que viven, o que visitan, algunas de estas zonas geográficas siempre se mantengan hidratadas. Estas características hacen que la supervivencia en estas regiones de nuestro planeta se conviertan en una lucha diaria en la que las personas se deben adaptar a las condiciones circundantes.
Precisamente los habitantes de los desiertos conviven con estos bruscos cambios de temperatura todos los días, los cuales ocurren debido a dos factores principales; la arena del desierto y la humedad. Te explicamos lo que ocurre; cuando la capa superior de arena absorbe el calor del día, también la libera debido a que la arena no retiene muy bien el calor. Entonces, se eleva la temperatura a lo largo del día ya que la radiación de la arena sobresaliente el aire.
En las noches el calor de la arena se irradia en el aire
Mientras que en la noche la mayor parte del calor de la arena se irradia rápidamente en el aire, pero al ya no existir luz solar que caliente el entorno, la arena se torna más fría lo que provoca un descenso de las temperaturas. Aunque hay que hacer énfasis en que este fenómeno no explica en su totalidad la brusca caída de los termómetros.
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Resulta que en desiertos tan áridos como el del Sahara, ubicado en África, la humedad es prácticamente inexistente y un ambiente con humedad requiere más energía para calentarse. Esto significa que será necesario más tiempo para que esa energía se disipe y el entorno se temple o enfríe. Así que esta falta de humedad en los desiertos propicia que las zonas áridas se calienten rápidamente, pero que también se enfríen a la misma velocidad.
Estos cambios bruscos de la temperatura en los desiertos hace que tanto humanos como animales tengan que adaptarse para sobrevivir, la búsqueda de agua y alimento será eso principales retos. Sin embargo están acostumbrados a estos cambios bruscos en el entorno por lo que destinan la mayor parte de su energía a realizar actividades durante las horas con menor exposición solar.
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