Aparte de los inigualables sabores al combinar diferentes elementos, lo más interesante del origen de la carne a la tampiqueña es el simbolismo detrás de cada una de las partes que lo conforman.
Es un simbolismo que representa también el origen de su creador, el restaurantero José Inés Loredo. Un personaje que a su vez ha marcado la historia de la gastronomía en México. Nacido en San Luis Potosí, por falta de oportunidades, con solo 13 años José Inés Loredo, al igual que muchos potosinos, se vio obligado a emigrar de su lugar de nacimiento.
Así que en 1915 llegó a vivir a Tampico, Tamaulipas, lugar donde emprendería su gran carrera gastronómica. Comenzó trabajando en comedores y restaurantes. Gracias a su profesionalismo y su vocación de servicio, José Inés estaba muy bien relacionado con la gente del pueblo. Tanto que incluso fue invitado a fungir en puestos públicos.
José Inés Loredo fue regidor, jefe de la policía y presidente municipal de Tampico. Sin embargo, aun con estos trabajos de funcionario nunca dejó de ser mesero, pues decía, que como funcionario no ganaba lo mismo a lo que ya estaba acostumbrado. Pues era una época de bonanza petrolera y las propinas superaban muchos sueldos de profesionistas.
En 1939 se va de Tampico y llega a la Ciudad de México junto a su hermano Fidel Loredo, y unos de sus compañeros de trabajo, con la idea de fundar su propio local restaurantero. Así nació el Tampico Club, un lugar que fue tomando popularidad al que asistían artistas, intelectuales y políticos, y por supuesto, familias.
Uno de las características por las que tuvo tanto éxito fue que el Tampico Club estaba abierto las 24 horas el día. Fue en este lugar donde José Inés Loredo diseñó el ahora icónico platillo “la carne a la tampiqueña”, que consiste en una pieza de carne asada como elemento principal.
Este platillo está hecho en base a algunos simbolismo de su lugar de origen: San Luis Potosí. Se sirve un plato oval que representa a la zona Huasteca. El filete de carne asada a lo largo representa al río Pánuco. Como guarnición se acompaña con enchiladas verdes que hacen alusión a los campos de la potosina; y con frijoles negros que simbolizan la tierra fértil.
AV