De acuerdo con el libro Countdown, de Shanna Swam, epidemiológica ambiental y reproductiva de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York, el conteo de espermatozoides ha caído casi un 60% desde 1973.
Esta investigación sugiere que los recuentos de espermatozoides podrían llegar a cero en 2045, lo que significaría una llegada nula de bebés, reproducción cero de humanos.
Productos químicos permanentes
La razón de este fenómeno está en los productos químicos que pueden encontrarse en envases de plástico, envoltorios de alimentos, ropa impermeable y fragancias en productos de limpieza, jabones, electrónicos y alfombras.
Algunos de ellos, como los llamados PFAS, se conocen como “productos químicos permanentes”, porque no tienen la capacidad de degradarse ni en el medio ambiente ni en el cuerpo humano; solo se acumulan mientras hacen daño y minuto a minuto, parece que la humanidad está llegado a un punto de ruptura.
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Otro de los descubrimientos de Swam es que, en promedio, un hombre hoy tendrá la mitad de esperma que tenía su abuelo:
“El estado actual de los asuntos reproductivos no puede continuar por mucho más tiempo sin amenazar la supervivencia humana. Es una crisis existencial global”, escribe la autora.
Además, la científica no solo descubrió que los químicos reducen drásticamente la calidad del semen, sino que también reducen tanto el tamaño del pene como el de los testículos. Lo que representa una emergencia a gran escala para la humanidad.
Los químicos están confundiendo el cuerpo de millones de personas, mientras les hacen enviar mensajes mixtos, lo que provoca que se descontrolen.
Problema global
Sin embargo, las regulaciones al respecto han comenzado en estados como Washington, donde se han tomado medidas importantes para abordar el alcance de la contaminación química, pero en general, Estados Unidos, como muchos otros países, está librando una batalla perdida debido a una legislación débil e inadecuada.
Ningún país o región del mundo está al margen de la contaminación por SPDC. Es un problema global. Los SPDC se ha encontrado en todos los rincones del mundo, están en el cuerpo de todos los seres humanos y hasta en los peces que nadan en las profundidades del mar o en las aves.
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