Este 11 de diciembre se cumplen 14 años de la muerte de “El caníbal de la Guerrero”, un hombre que cimbró la paz en la Ciudad de México tras ser descubierto a punto de comerse los restos de su novia.
Durante una jornada del 2007, la Policía Federal capitalina recibió el reporte de la desaparición de Alejandra Galeana, una mujer de 32 años que no podía ser localizada por su familia, quienes ya tenían un principal sospechoso: José Luis Calva Zepeda.
El presunto culpable era un hombre de más de 30 años, autoproclamado escritor, dramaturgo y poeta que vivía en el 198 de la calle Mosqueta, colonia Guerrero, y mantenía una relación sentimental con la desaparecida.
Las autoridades llegaron al edificio de departamentos, entraron al número 17 y encontraron a José Luis con un plato de restos humanos sazonados. De inmediato, el hombre se aventó por la ventana en un intento de escapar sin éxito y terminó por lesionarse de gravedad al llegar al piso.
El hombre fue detenido y hospitalizado varios días por una contusión en la cabeza. La policía procedió a inspeccionar el departamento y encontró el cuerpo mutilado de Galeana dentro de un clóset, carne humana en el refrigerador, un plato de carne frita y huesos humanos en una caja de cereal, de acuerdo con información de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
En cuanto el caso salió a la luz, Calva Zepeda fue apodado “El caníbal de la Guerrero” y “El poeta caníbal”, aunque él mismo negó haber consumido restos humanos a pesar de sí haber asesinado a su novia. Su objetivo, aseguraría, era darle la carne humana a los perros de la calle.
¿Quién fue el caníbal de la Guerrero?

José Luis Calva Zepeda nació el 10 de junio de 1969. Su infancia fue complicada, pues tras el fallecimiento de su padre, su madre lo obligó, al igual que a sus hermanos, a llamar “papá” a los hombres con los que salía.
A los 16 años fue violado por Tirso, un amigo de su hermano mayor, según las propias declaraciones del feminicida. A los 12 años su madre lo corrió de la casa y tuvo que trabajar como boleador de zapatos, mientras, al mismo tiempo, espiaba a su madre y a sus cinco hermanos. “Me daba mucho coraje, sentía mucho rencor”, dijo durante sus declaraciones.
Fue hasta 1996, que conoció a Aide, una mujer con la que contrajo matrimonio y procreó dos hijas. El matrimonio no funcionó, su ex pareja emigró a Estados Unidos en 2001 dejándolo con una fuerte depresión.
“Tenía 33 años, me estaba divorciando, pasé una fuerte depresión, económicamente me iba mal, perdí la pista de mi esposa y de mis dos hijas. Me sentí doblemente traicionado”, relató.
Los especialistas determinaron que la supuesta desviación del asesino estaba ligada a su madre, a quien veía representada en sus víctimas. Calva Zepeda fue internado en el Hospital de Xoco, donde no sé presentó al pase de lista del 11 de diciembre de 2007.
De acuerdo con Reuters, “El caníbal de la Guerrero” fue encontrado ahorcado con un cinturón del techo de su celda. El hombre se había suicidado entre las 6:00 y las 6:30 horas.
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