¿Cómo surgió la idea de crear Mask off?
El cubrebocas convencional no es práctico, es invasivo y no permite ver las expresiones de los demás. Hay muchos niños sordos en distintos países que han regresado a clases, pero no pueden leer los labios de los profesores porque portan mascarillas de tela. Este factor ha complicado su aprendizaje.
¿Cómo fue el proceso creativo?
Me gusta experimentar cosas nuevas. Un amigo y mi hijo me ayudaron a aterrizar la idea, el diseño y el material que fuera tangible. Es un trabajo en equipo en el que llevamos 4 meses trabajando duro.
FRASE
“Al crear este producto, jamás me imaginé que iba a generar un bien para las personas con discapacidad auditiva”.
¿Qué diferenciador tiene este tapabocas?
La posibilidad de que los niños con discapacidad auditiva puedan leer los labios de sus profesores en clase y puedan integrarse sin afectar su aprendizaje. El segundo es poder ver la cara y la sonrisa de las personas. Está hecho de acrílico transparente, que es resistible y lavable. Hay dos modelos: el primero se sostiene de la nariz y el segundo de las orejas. El tapabocas de acrílico rígido va a durar toda la pandemia, y el de PET reciclable tienen una duración de tres meses.
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¿Cuál fue tu mayor obstáculo al emprender?
Muchos. Iniciar en una época de pandemia es difícil. El miedo a no poder solventar los gastos, porque siempre se requieren cosas. Han sido meses de estar todo el día en el taller, es un sector completamente diferente al que me dedico, y diario aprendo cosas
nuevas. Actualmente mi producción es pequeña, pero a corto plazo queremos apoyar a instituciones y organizaciones especializadas en la sordera.
POR ISIS MALHERBE
FOTOS: CORTESÍA