Cuando escuchamos hablar de una misión espacial es probable que pase por tu cabeza la idea de que la NASA y otras organizaciones utilizan las herramientas tecnológicas más novedosas y potentes del mercado. Sin embargo, no siempre es así.
Un claro ejemplo es la CPU que utiliza rover Perseverance, que en estos momentos está recorriendo la superficie de Marte. Este robot está equipado con novedosas cámaras y herramientas de exploración, además de un procesador fabricado en 1997.
Así es, tal y como lo lees. El rover de la NASA lleva en su interior un chip basado en los PowerPC 750 que se lanzaron a finales de 1997 y que acabarían siendo el corazón de los míticos iMac (G3) de colores que Apple lanzó en 1998.
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Esas especificaciones técnicas resultan sorprendentes, y parecen más "propias" para una misión en proyectos de hace 20 años. Sin embargo, el chip RAD750 ha sido rediseñado para aumentar su potencia, y pese a que puede parecer antiguo y modesto está más que dotado para cumplir su misión.
A la par, su diseño es capaz de soportar radiaciones extremas mientras se encuentra trabajando. Su precio ronda los 300.000 dólares por unidad, lo que nos da una idea de la ingeniería que se encuentra detrás de su fabricación.