Comencemos diciendo que ayudar sígnica, respaldar a otra persona para conducirse a lograr lo que se propone, en otras palabras, podríamos relacionarlo con prestarle nuestra espalda para apoyarse en ella y tomar impulso, por lo que podemos concluir, que el ayudador, funge un tanto como un motivador.
Es por lo anterior, que hay que ser cauteloso y reflexivo, para conectar con los motivos que nos impulsan a ser ayudadores y los que nos mueven a la posición de ayudados, para cuidar los roles de independencia, individualización, libertad y responsabilidad.
¡Pero!; ¿Cómo ayudar a alguien que no quiere ser ayudado?
Si al estar leyendo estas líneas, te conectas con recuerdos que te hacen considerarte una persona ayudadora, te sugiero hacerte las siguientes preguntas.
¿Porque considero que este ser querido necesita ayuda?, ¿Depende de mí esa persona? Al ofrecer ayuda, ¿Cómo me siento cuando es rechazada esa ayuda? ¿Qué emociones y pensamientos estoy experimentando?
También es importante que consideres los siguientes planteamientos:
¡Tal vez, esta persona no necesita ayuda¡; ¡Tal vez, no está listo para recibir ayuda!; ¡Tal vez, está muy asustado porque no se siente escuchado y visto!; ¡Tal vez, se siente juzgado, con miedo o culpable!; ¡Tal vez, el ofrecimiento de ayuda lo percibe peligroso o invasivo!
Si eres una persona que quiere ayudar, pero no está siendo aceptado o recibido el respaldo que deseas brindar, posiblemente estés experimentando dolor, sufrimiento, frustración, ansiedad, estrés. Lógicamente por qué duele ver sufrir a un ser querido y no encontrar la forma de ayudarle a salir del túnel en el que le vemos.
Plantéate también la siguiente posibilidad: ¡Tal vez, lo que motiva la necesidad de ayudar, este siendo impulsado por el recuerdo de no haber recibido ayuda en algún momento de la vida!
A veces es necesario guardar silencio y permitir que las cosas sean lo que son, mostrarse atento y auto observador de las propias intenciones y canalizarlas hacia uno mismo, para ofrecernos ese apoyo, comprensión y acompañamiento. Con lo que, estaríamos cumpliendo aquel conocido refrán que dice: Antes de dar, comienza por llenar la propia taza y cuando esté completa; entonces inevitablemente comenzará a derramar agua de vida.
Sugerencias
Distánciate de la situación; respira, identifica las emociones que se despiertan en ti al no encontrar la forma de ayudar a tu ser querido; Identifica tú ansiedad al ver que lo que hace tu ser querido le daña; Observa lo que piensas de él/ella, lo que piensas de la situación y de ti misma/o; Observa lo qué haces hacia él/ella o hacia ti; Observa lo que dejas de hacer hacia esa persona y hacia ti misma/o.
Por último, observa y reflexiona: El estar tan atentó/a, en esta persona que amas. ¿Está causando que descuides de ti, de tus propias metas o de tus necesidades?
Haz una lista de cosas que pudiste identificar para hacer y decir hacia esa persona o hacia ti mismo/a. Lleva un diario donde registres los resultados positivos y negativos que hayas obtenido. Sigue practicando lo que te ayuda y funciona para generar el resultado que deseas.
Maestra en Psicología Clínica Integrativa María Isabel Romero López
EEZ