Columna invitada

Antiguo Palacio Municipal, Centro Cultural San Ángel

Las fuentes nutricias de nuestra identidad nacional, plurales y diversas, sin importar remitan a los pueblos originarios o a migraciones trasatlánticas

Antiguo Palacio Municipal, Centro Cultural San Ángel
Luis Ignacio Sáinz / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Las fuentes nutricias de nuestra identidad nacional, plurales y diversas, sin importar remitan a los pueblos originarios o a migraciones trasatlánticas, coinciden en que solo construyen si antes destruyen. No importa si esos procesos se inspiran en convicciones metafísicas o en políticas de desarrollo urbano.

Ciclos de 52 años para el alumbramiento solar levantando nuevos basamentos o demolición de inmuebles para modificar la naturaleza de su uso, por ejemplo, la desaparición del Hospital de San Andrés para el surgimiento del palacio de Comunicaciones y Transportes, después sede del Archivo General de la Nación y finalmente Museo Nacional de Arte.

No debe de extrañar entonces que declarada la independencia se estableciese el municipio de San Agustín de las Cuevas, dependiente del Estado de México, con capital en la villa de Tlalpan, territorio que incluía la geografía actual de Álvaro Obregón. Más tarde, con la promulgación de la Constitución liberal de 1857 San Ángel pasó a ser un municipio, adscrito a la prefectura del Sur del Distrito Federal, con capital en Tlalpan. El imperio de Maximiliano reconvirtió en 1861 el Distrito Federal en municipalidad de México, organizada en cinco partidos, uno de ellos San Ángel.

Durante el porfiriato, en parte de lo que fuera el convento del Carmen, se levantó en 1887 la sede del ayuntamiento de San Ángel, en proyecto del arquitecto Luis G. Arozena, quien se encargaría antes de la transformación del Palacio de la Inquisición en Escuela de Medicina (1879). Este inmueble sería doloroso testigo de la la matanza de obreros en la huelga de las fabricas textiles La Hormiga y La Alpina.

Hacia el final del antiguo régimen se sumo a su fachada un reloj en 1904 y para 1928 este espacio histórico de enorme valía perdió su condición independiente volviéndose Gobierno Central del Distrito Federal frqccionado en delegaciones políticas, destacando San Ángel, que un cuatrienio posterior fue bautizada Villa Álvaro Obregón y en 1970 a secas Álvaro Obregón.

Sin facultades de gobierno, tan solo de administración, el inmueble fue remodelado de raíz en 1952 por el mismo hacedor del Monumento al autor de “Ocho mil kilómetros en campaña” en el Parque La Bombilla, Enrique Aragón Echegaray con arte de Ignacio Asúnsolo. El estilo más que extemporáneo, un auténtico “pastiche”, abarca arquerías, fanales y mensulas con cartelas. El 29 de enero de 1988 se inauguró el Centro Cultural San Ángel, en tanto la delegación se mudó a su actual domicilio, que a no creerse todavía cuenta con varias oficinas provisionales.

En los últimos años, la insidia y la incuria se apoderaron del Centro Cultural San Ángel, sumiéndolo en la banalización y el abandono. En la actualidad se cuenta con un proyecto de intervención integral del inmueble para ponerlo a punto y recuperar su esplendor alrededor del Teatro Ignacio López Tarso y sus salas de exposición para disfrute de la comunidad obregonense, la tercera en número de la CDMX con 759,137 habitantes (2020).

Con imaginación y talento, a pesar de las limitaciones del estatuto de Alcaldía, las autoridades de Álvaro Obregón están empeñadas en restaurar y modernizar el patrimonio natural y cultural de la demarcación a lo largo y ancho de sus 95.35 km 2 . Y emprenden esta cruzada en compañía de instituciones públicas y privadas, sumando el Clúster Universitario de Alto Nivel, ya en funcionamiento; y el Corredor Cultura Sur, comenzando actividades conjuntas y en proceso de expansión.

POR LUIS IGNACIO SÁINZ

COLABORADOR

SAINZCHAVEZL@GMAIL.COM

MAAZ

 

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