El 18 de febrero de 1974, en la carretera a Chetumal paraje cercano a Xhazil Sur, poblado del municipio Felipe Carrillo Puerto, territorio Federal de Quintana Roo, fue encontrado el cuerpo del líder sindical Efraín Calderón Lara, conocido como “Charras”, su cuerpo masacrado, torturado, las manos atadas a la espalda; el hallazgo lo hizo el campesino Evaristo Poot Cruz; han transcurrido más de 50 años de ese cobarde crimen.
Eran tiempos que gobernaba el estado de Yucatán, Carlos Loret de Mola y Mediz, la silla presidencial era ocupada por Luis Echeverría Álvarez, el escritor Hernán Lara Zavala, recién fallecido el 15 de marzo, quien naciera en la Ciudad de México en 1946, narra en su libro “Charras Una novela sobre el poder político y un asesinato”, Penguin Random House 2022, los detalles de este desdeñable hecho.
En el crimen de Calderón Lara, asesor jurídico del Frente Sindical Independiente, se ven involucrados el propio Loret de Mola; el coronel Felipe Gamboa, mandamás de la policía de la entidad; descrito por Lara Zavala, “sencillo, discreto. Parece un hombre sosegado y tranquilo, incapaz de desearle mal a nadie”.
Además, del capitán Carlos Marrufo, subdirector administrativo, Enrique Cicero, subdirector de Instrucción y Víctor Manuel Chan, comandante de patrullas, este último encargado de contratar los servicios de Carlos Francisco Pérez Valdez, Néstor Martínez Cruz, policías municipales.
Calderón Lara, se caracterizaba por ser un líder incorruptible, apoyó a diversos gremios de trabajadores para independizarse de los contratos de la CTM, entre ellos Sindicato de Empleados y Choferes “Jacinto Canek”, Sindicato de Trabajadores de la Industria del Calzado “16 de septiembre”, Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Yucatán “Felipe Carrillo Puerto”, entre otros.
En el texto arriba aludido, se lee lo siguiente: “Manigueta -de la Unión de Camioneros-, intentó comprar a Charras y le ofreció un coche y un cheque en blanco se dejaba de cuentos. Pero a Charras no lo compraría ni Manigueta ni el mismísimo Gobernador. En alguna ocasión, cuando ya Charras había cobrado más poder, Loret de Mola lo invitó como funcionario de la Dirección General del Trabajo”.
Charras le contesta a Loret de Mola, gracias, “pero su eficiencia me va a cambiar el rumbo y me va a poner del lado donde no quiero estar”.
El 13 de febrero de 1974 está emplazada una huelga en la compañía constructora CUSESA, asesorada por Calderón Lara; a través del licenciado Castellanos Gual, se acercan al coronel Gamboa para manifestarle su malestar, “Necesitamos su ayuda para acabar de una vez por todas con el agitadorcillo ese Charras que trae al estado de cabeza…si ustedes no hacen algo lo vamos a tener que hacer nosotros”.
El jefe de la policía estatal se entrevista con Loret de Mola en palacio de gobierno, “…me pidieron que hablara con usted para ver qué medidas toma…el muchacho se nos ha salido de control”.
Después de ese encuentro, Loret de Mola le dice a Gamboa, “Ayer, después de que hablamos, me comunique con el Presidente y me estropeó como si fuera yo un pipiolo y no todo un Gobernador. Así que proceda”.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ