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Birmex: la cura que enfermó

El equipo encabezado por Raquel Buenrostro —quien ya había protagonizado un desastre similar cuando fue titular de Hacienda— detectó sobreprecios

Birmex: la cura que enfermó
Carlos Zúñiga Pérez / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Lo que a López Obrador le costó todo un sexenio de tropiezos, improvisaciones y fracasos, Claudia Sheinbaum lo enfrentó en su primer intento. Con el respaldo de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, el proceso de licitación para la compra consolidada de medicamentos 2025-2026 fue declarado nulo al descubrirse una tansa.

El equipo encabezado por Raquel Buenrostro —quien ya había protagonizado un desastre similar cuando fue titular de Hacienda— detectó sobreprecios en la asignación de contratos hecha por Birmex, esa empresa paraestatal que Andrés Manuel López Obrador convirtió en cuartel militar para la compra de medicamentos. Esta vez, al menos, no se encubrió la corrupción: se anunció una investigación formal, con miras a castigar y sancionar.

La presidenta dio a conocer que entre cinco y seis funcionarios fueron separados de su cargo. El primer nombre que cayó fue el de Iván Olmos, removido de la dirección de Birmex y sustituido por Carlos Ulloa, diputado con licencia y operador político de absoluta confianza de Sheinbaum. Ulloa se reunió de inmediato con la industria farmacéutica, dejando claro que se acabó el juego sucio. Los integrantes de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos, descartaron que alguno de sus miembros haya participado en esa transacción y dijeron confiar en los procesos de compra y en las investigaciones.

Según Eduardo Clark, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, el 94 por ciento de las más de dos mil claves de medicamentos se adquirieron a buen precio. Pero el 6 por ciento restante —unas 175 claves— fueron adjudicadas con sobreprecios que suman unos 13 mil millones de pesos. No es un “detalle técnico”; es un escándalo. La respuesta del gobierno será relanzar el proceso mediante “subasta inversa”, donde participarán los mismos laboratorios, incluidos los que ya ganaron contratos, aunque ahora con lupa encima y ahora por adjudicación directa.

Clark me aseguró que hay abasto suficiente hasta mediados de julio, por lo que la nueva licitación —que tomará al menos un mes— no debería afectar a la población. El daño, sin embargo, ya está hecho.

Lo verdaderamente inédito es que, por primera vez en este sexenio, funcionarios federales señalados por corrupción fueron removidos e investigados. Un hecho que en la autodenominada “Cuarta Transformación” ha sido la excepción, no la regla.

Porque la tragedia del sector salud tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador. Fue él quien desmanteló el Seguro Popular sin tener un plan viable. El INSABI, la alianza con la UNOPS para comprar medicamentos, un fiasco. Birmex, un desastre militarizado. La megafarmacia, una burla mediática. Todo en nombre de una lucha contra la corrupción que nunca probó. El saldo es criminal: 15 millones de recetas sin surtir. No es una cifra técnica, es una tragedia humana.

Con sus bemoles, el éxito de esta licitación ocurrirá cuando los pacientes puedan surtir sus medicinas sin problema y que haya lo necesario para sus tratamientos y cirugías en los hospitales públicos. Mientras, no hay que cantar victoria.

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ

COLABORADOR

@carloszup

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