El pulso de Europa

“Ucrania: el gran desafío para Europa”

La invasión rusa altera gravemente la seguridad europea, obligándola a repensar estrategias de defensa colectiva. Después de la Conferencia de Seguridad de Múnich

“Ucrania: el gran desafío para Europa”
Mónica Laborda Sánchez / Columna invitada / El Heraldo de México Foto: Especial

La guerra en Ucrania ha cambiado al mundo. Se ha convertido en un gran desafío para Europa y ha evidenciado que la alianza de setenta y cinco años de Bruselas con Washington se está desmoronando. La traición de Trump al acercarse a Rusia, su enemigo histórico, es un punto de quiebre del orden global, dejando a Europa sin apoyo y fuera de las negociaciones de una posible paz. El regreso de Trump ha significado un “electro shock” para Europa.

La invasión rusa altera gravemente la seguridad europea, obligándola a repensar estrategias de defensa colectiva. Después de la Conferencia de Seguridad de Múnich, una serie de cumbres históricas y reuniones informales en el seno comunitario, la Unión Europea ha dado un paso histórico para desplegar un gran paraguas de seguridad y defensa frente a la amenaza rusa ante el temor de que Trump, cada vez más cercano al Kremlin, retire su escudo de protección.

Más de 6 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar su país, lo que ha generado la llegada de refugiados a países vecinos como Polonia, Rumania y otros miembros de la Unión Europea. Esta situación ha puesto a prueba la capacidad europea para gestionar flujos migratorios masivos y brindar apoyo humanitario a los desplazados.

La guerra en Ucrania ha interrumpido los suministros de gas y petróleo de Rusia, derivando en una crisis energética en Europa que ha tenido que buscar alternativas para reducir su dependencia rusa, resultando en un aumento de los precios energéticos, poniendo en jaque la estabilidad económica.

El conflicto ha puesto a prueba la unidad de la Unión Europea. Mientras que algunos Estados miembros que comparten frontera con Rusia, como los bálticos, nórdicos y Polonia, presionan para adoptar una postura más agresiva contra Moscú, otras naciones, particularmente Alemania y Francia, son más cautelosas inclinándose por una salida diplomática. Mantener una postura unificada ha sido y sigue siendo un desafío.

El gran reto para Europa consiste en lograr una autonomía estratégica. Los próximos años serán clave para evaluar cómo responde y cómo afecta su estabilidad a largo plazo. El escenario se complica ante la inestabilidad política que se vive en varios países europeos, la falta de liderazgo y la creciente dependencia tecnológica.

En un contexto internacional incierto en el que se redefinen alianzas estratégicas, Europa necesita de manera urgente contar con un liderazgo claro que unifique la toma de decisiones para evitar estar excluida del nuevo tablero global y condenada a la irrelevancia geopolítica. 

POR MÓNICA LABORDA SÁNCHEZ
Doctora en Relaciones Internacionales e Integracio´n Europea. Asociada COMEXI. Miembro AMEI y de la Red Europei´stas en Me´xico. Conferencista y catedra´tica, Colabora en medios nacionales e internacionales. Investigadora del Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad Auto´noma de Barcelona.

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