Columna invitada

La plaza

En Baja California, esa era, por tercera ocasión, una elección sumamente competida. En el joven estado, perdió el PRI y su candidato a la presidencia en 1958 y también en las municipales de 1968

La plaza
Antonio Meza Estrada / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La plaza estaba a reventar, y era un mitin, no un festejo taurino. Faltaban días para la elección a gobernador de Baja California. El respetable se entretenía con cantantes y animadores, quienes repetían la convocatoria a votar por el PRI y su candidata. Aún las altas temperaturas no llegaban a Mexicali.

Alrededor de las cuatro, la torre de control autorizó el despegue de una bimotor matrícula XCADV, que carretea hacia la cabecera de la pista en el aeropuerto de Tijuana. Plan de vuelo al aeropuerto de Mexicali, con duración de cincuenta minutos y aterrizaje a las 16:50. Piloto y copiloto en posición. 

Los pasajeros eran tres: la candidata, su coordinador financiero y su jefe de campaña. El catering eran tacos de machaca y agua de horchata del bol corona. 

En Baja California, esa era, por tercera ocasión, una elección sumamente competida. En el joven estado, perdió el PRI y su candidato a la presidencia en 1958 y también en las municipales de 1968. Ahora algo era extraño. En esta campaña, la pujanza y vigor tradicional del invencible, venía a menos a medida que se acercaba el día electoral. 

El piloto pidió autorización para despegar, cuando estaba en la cabecera de la pista 9/27. La torre le pidió recular, “porque se aproxima un 727”, le razona. El pequeño bimotor “se orilla”. La torre de control le dice: “tomó nota de su falla”. “Puede regresar a los hangares”. El copiloto le contesta: “No he reportado ninguna falla”. La Torre de control le enfatiza: “orillese”. 

En la plaza inicia la actuación del artista principal quien canta a caballo y convoca a votar por el tricolor. Al terminar, se anuncia la presencia de “la candidata”, mujer vestida de blanco con una franja roja que le cruza el pecho. Ella toma el micrófono, agradece y saluda. No hay mensaje, solo saludos. En el círculo rojo, eso causa desconcierto, ella NO es la candidata, pasa por la candidata.  

Enseguida, toma el micrófono alguien ataviado con vestuario religioso y convoca a una oración por la elección en puerta.

En el aeropuerto de Tijuana, el piloto regresa al bimotor caminando desde la torre de control e informa a sus pasajeros: “el vuelo está cancelado”.

POR ANTONIO MEZA ESTRADA

COLABORADOR

YERBANIS33@GMAIL.COM

MAAZ

 

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