Para dar continuidad a la estrategia del Gabinete de Seguridad, particularmente para cortar el financiamiento de los grupos criminales y su consecuente crecimiento, autoridades estatales acompañadas de instancias federales cumplieron 84 órdenes de cateo en contra de barberías y estéticas ubicadas en 20 municipios del Estado de México, con un saldo de 312 establecimientos asegurados por la Fiscalía General de Justicia local, que en realidad fue la que materializó los mandamientos judiciales.
Lo anterior en el marco de la “Operación Atarraya” y bajo la premisa de que las barberías y estéticas ubicadas en la entidad mexiquense son lugares de reunión de grupos delictivos dedicados al narcomenudeo y otras actividades ilícitas, entre ellas el “halconeo”.
Sin embargo las “revisiones” no fueron realizadas con estricto apego a la ley y algunos dueños o encargados de dichos establecimientos denunciaron que les fueron “sembradas” diversas cantidades de droga, lo cual indica que para combatir un delito cometieron otro delito. El último dato al respecto es que la Fiscalía General del Estado de México ya separó de sus cargos a un agente del Ministerio Público y un policía de investigación involucrados en al menos 6 videos que la parte afectada hizo circular en redes sociales y algunos medios de comunicación.
Al respecto, es probable que entre las 312 barberías y estéticas aseguradas, existan otras donde se hayan registrado hechos que la ley señala como delitos pero por parte de la autoridad.
No está mal la perspectiva de combatir la “logística delictiva”, que involucra inmuebles, armas, drogas, alcohol y dinero en efectivo, entre otras variables, pero deberían saber que el funcionamiento de las barberías y estéticas de uno años para acá es más complejo, ya que su proliferación en el Valle de México está basada en la informalidad y varias de ellas están vinculadas con el programa “Jóvenes construyendo el futuro”, por lo que cuando los apoyos económicos dejan de fluir corren el riesgo de caer en alguna actividad al margen de la ley.
Al respecto algunos dueños de este tipo de negocios han señalado que desde el inicio de dicho programa los encargados de elaborar el padrón de establecimientos y designar el número de “aprendices” les ofrecieron hasta dos de ellos e incluso los anotaron pero jamás hicieron acto de presencia y tampoco los encargados de llevarlos le dieron seguimiento, lo que no les dijeron es si esos jóvenes cobraron alguna vez sin trabajar o solo era cuestión de llenar un padrón y justificar los recursos que se destinaban para ello.
No debe perderse de vista que ante la difícil situación económica que se presentó entre 2020 y 2021 durante la pandemia del COVID-19 algunos negocios aceptaron anotar a los dos jóvenes que les ofrecieron aunque solo uno de ellos se presentara a trabajar, por lo que aprovechando que están revisando físicamente los inmuebles donde se corta el pelo y se ofrecen diversos servicios de belleza, deberían revisar el padrón del multicitado programa social para ver si alguien más se benefició de dichos recursos.
Bajo la lógica de combatir la “logística delictiva” lo que está pendiente es revisar si las cámaras de videovigilancia que vemos en las calles de la Ciudad de México y su zona conurbada con el Estado de México realmente están en manos de la autoridad o ciudadanos que han decidido compartir sus imágenes con el C5, que por cierto hace unos días anunció que su meta es llegar hasta las 150 mil cámaras debidamente enlazadas.
Asimismo es imperativo aplicar el nuevo reglamento en materia de tránsito ya que en las Alcaldías más densamente pobladas de la capital del país, igual que los municipios mexiquenses con mayor cantidad de habitantes, el común denominador es ver vehículos sin placas de circulación, con vidrios polarizados (varios de ellos tripulados por policías preventivos que aprovechan que sus compañeros no los pueden revisar y sancionar) o con aditamentos propios de la autoridad, así como motocicletas sin placas y conductores sin casco, cuando un alto porcentaje de los delitos violentos se cometen con la ayuda de estos medios de transporte, pero nadie hace nada para resolverlo, más allá de los acostumbrados discursos.
No se debe olvidar que en los últimos años varias barberías y estéticas ubicadas tanto en el Estado como en el Ciudad de México, han sido blanco de extorsiones en la modalidad de “cobro de piso”, por lo que ya no sienten lo duro sino lo tupido como para que ahora la autoridad responsable de la seguridad pública y procuración de justicia todavía les siembre drogas para tener pretexto de cerrarlas.
POR FACUNDO ROSAS R.
EX COMISIONADO GENERAL DE LA POLICÍA FEDERAL
@FACROSAS
MAAZ