Desde Afuera

¿El triunfo de los "hechos alternativos"?

Ideas como la de verificación de información, o sea cotejar los señalamientos de los políticos y los propios medios con los datos y la información disponibles, han caído por la borda

¿El triunfo de los "hechos alternativos"?
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Allá por el siglo XVIII, el filósofo francés François-Marie Arouet, Voltaire, pronunció una frase que se convirtió en el ideal de tolerancia para la vida pública: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo".

Hace algunas décadas, el legendario político estadounidense Pat Moynihan señaló que "usted tiene derecho a su opinión, pero no a sus propios hechos". Uno y otro se llevarían hoy sorpresas, tanto en el discurso público como en la arena política. Sus ideales han sido distorsionados por las ideologías, las sociedades y el creciente predominio de las redes sociales, donde ahora parece más fácil encontrar "hechos alternativos" que información sólida.

En alguna medida, Donald Trump y su segundo gobierno se han convertido en el símbolo del triunfo de la "otra" historia. Desde el inicio de su primer mandato y a base de divulgar "hechos alternativos" que han cambiado significado de "noticias falsas", el "mundo MAGA", el de los seguidores de Trump y su propuesta de "Make America Great Again" (Hacer a los Estados Unidos grandes otra vez) "ha buscado constantemente desacreditar a los guardianes tradicionales", de acuerdo con la columna "Tras la Cortina", del diario cibernético AXIOS.

Cierto que no es el único en el mundo, pero sí el ejemplo más relevante porque se da en Estados Unidos, la potencia hegemónica que marca tendencias y que por años se consideró como ejemplo en el mantenimiento de estándares de información y veracidad dado que su excepcionalismo político y la fuerza de sus medios informativos ayudaría a superar cualquier peligro para su sistema democrático.

Pero los medios, al menos los tradicionales, se encuentran ahora tambaleantes. Algunos, como The New York Times, se mantienen con un redoblado esfuerzo en el rigor informativo. Otros, como los propietarios de The Washington Post y las cadenas de televisión, parecen ceder ante la fuerza política de Trump y sus seguidores.

Ideas como la de verificación de información, o sea cotejar los señalamientos de los políticos y los propios medios con los datos y la información disponibles, han caído por la borda.

Los medios que se definen como sociales han encabezado la marea. "X" (antes Twitter) se ha convertido en una cámara de resonancia para Trump y sobre todo para su dueño Elon Musk, el empresario más rico del mundo, que ahora parece empeñado en hacer valer su poder a nivel mundial. Otros, como Meta, la organización surgida de Facebook parecen estar en medio de un viraje a la derecha y empresas de nuevas tecnologías parecen ahora apostar por vínculos con Trump y sus ideas.

Lo malo es que eso funciona para Trump, y los próximos cuatro años pueden redefinir a los Estados Unidos y la democracia liberal, con un efecto de cascada sobre los gobiernos de otros países, inclinados ya a presentarse como democráticos a pesar de sus trabajos por ser lo contrario. Pero esos son "hechos alternativos".

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                         

@CARRENOJOSE

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