Política para a’mar

Oposición en quiebra

Cuando más contención se necesita, la alianza opositora se separa: los partidos rompen la coalición e internamente

Oposición en quiebra
Marlene Mizrahi / Política para a'mar / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Una construcción firme requiere de la solidez interna de sus piezas y el embone preciso de sus partes. La coalición conformada por el PRI, PAN y PRD tiene fallo en ambas.

Ante la proximidad de la reforma al Poder Judicial y la sobrerrepresentación por parte del oficialismo en el Congreso de la Unión, en tiempo de impugnaciones electorales, cuando la sociedad más necesita de un frente unido, los partidos que integraron la alianza opositora dejan en segundo plano la manutención de un bloque que, supuestamente, se creó en defensa de la democracia. 

En lugar de concentrarse en objetar por la ilegalidad de que el oficialismo tenga 74% de legisladores, cuando consiguieron únicamente el 54% de los votos; evitar que tengan mayoría calificada y así poder frenar la reforma al Poder Judicial, se enfocan en disputas internas.

Comienza de esta manera el proceso de reconstrucción de una contraparte necesaria para nuestro país, pero por separado. Todo indica que no habrá más alianza opositora. Un colapso que dejará en silencio la voz del grupo que les apoyó, abandonando los posicionamientos y la competencia en conjunto. 

Los partidos de “Fuerza y Corazón por México” no sólo desarticulan la alianza, sino que también se deshacen internamente. Mientras que el PRD acepta la pérdida de su registro nacional, PAN y PRI se desintegran debido a las reducciones importantes que han tenido y por discordias internas generadas por la renovación de sus dirigencias.

Pérdidas que, por cierto, sucedieron en la gestión de sus presidentes actuales. El PRI, durante el mandato de Alejandro “Alito” Moreno, ha perdido 10 estados: de los 12 que gobernaba, mantiene sólo dos (Durango y Coahuila). Por su parte, cuando Marko Cortés llegó al PAN, el blanquiazul contaba con 12 entidades, de las cuales conserva únicamente cuatro.

A pesar de estos resultados, Moreno y Cortés quieren continuar a cargo de la presidencia de sus partidos, de ahí las luchas internas. El primero logra reformar los estatutos del partido para ser dirigente por ocho años más; mientras que el segundo opera para que su relevo sea Jorge Romero Herrera, quien forma parte de su mismo grupo conocido como “padroneros”.

Como fracciones divergentes, actores del PRI calificaron como ilícita la propuesta de reforma a los estatutos del tricolor y más de 260 militantes han firmado una petición expresa para que Alito renuncie. En cuanto al PAN, otros contendientes a la dirigencia han propuesto que la elección sea con la ciudadanía; se vislumbra su derechización e, incluso, sus integrantes cuestionan la posibilidad de cambiar de nombre, logo y colores.

Estos partidos dejaron de enganchar. También, el desgaste los ha hecho porosos: se disgregan desde adentro. Con una oposición completamente fragmentada, ¿qué puede esperar la ciudadanía?

POR MARLENE MIZRAHI

COLABORADORA

@MARLENEMIZRAHI

PAL

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