Todo está listo para que hoy asuma su segundo mandato –de cinco años– el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien sin ningún problema y con 85% de los votos a su favor logró permanecer en el poder, pese a que la Constitución salvadoreña prohíbe la reelección.
Para el juramento de Bukele, destaca la invitación a su par de Argentina, Javier Milei, convertido en un rockstar de la derecha conservadora; hoy es el más aclamado por sus discursos y un abierto enemigo de los gobiernos de izquierda. También asistirá el rey de España Felipe VI.
Es uno de los mandatarios más fuertes y populares en América Latina, por su lucha contra la que era una hegemónica presencia de pandillas, que provocaban una tasa alarmante de asesinatos de 100 por cada 100 mil habitantes. Bukele tomó medidas radicales muy criticadas por las ONG de protección a los DDDHH.
Hace una semana desplegó dos mil soldados y mil policías para contener un nuevo brote de pandillas: el amplio dispositivo saldó con el arresto de sólo cuatro pandilleros. Pero el mensaje es muy claro, sin tregua para los delincuentes.
En más de dos años, Bukele ha gobernado bajo un régimen de excepción, en 26 ocasiones el Congreso ha renovado esa opción que le permite al Ejército hacer arrestos sin órdenes de detención, limita la libertad de expresión y de reunión.
Desde entonces, han sido detenidas 79 mil 947 personas calificadas como terroristas y que en más de 90% de los casos permanece en prisión sin sentencia judicial en su contra, según el gobierno, ha tenido que liberar a unos 7 mil arrestados por falta de pruebas en su contra.
Por lo pronto, el Congreso ya comenzó a pavimentar lo que juristas y analistas denominan como un esquema "dictatorial", después de aprobar la modificación de una norma para hacer futuros cambios a la Carta Magna como mejor convenga al actual gobierno.
O sea, Bukele tendrá más manga ancha para hacer y deshacer sin ninguna oposición. Tiene en sus manos el tipo de poder que muchos mandatarios codician en el mundo.
Ahora debe responder en lo económico, casi 30% de salvadoreños vive en la pobreza y casi uno de cada 10 en la pobreza extrema, según cifras de la CEPAL. Hacia el exterior, Bukele mantendrá su distancia con EU si en la próxima elección gana Joe Biden, pero si Donald Trump regresa a la Casa Blanca, se puede convertir en uno de sus bebés consentidos.
Con México las cosas no pintan nada bien, Bukele dijo en su momento que una embajada no puede servir para proteger a delincuentes, tras el asalto de la sede diplomática de México en Ecuador.
Lo único seguro es que como pintan las cosas, habrá Bukele para rato.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@PAPADEPONCHO
MAAZ