Las aguas políticas en Norteamérica se están agitando. La región está atravesando por cambios importantes que pueden cambiarla como hasta ahora la conocemos. La zona geográfica es una de las más dinámicas del mundo en términos económicos y migratorios con un intercambio de 1.7 millones de dólares al día y más de 2.4 millones de cruces migratorios en 2022 tan solo entre nuestro país y los Estados Unidos.
Empezando por México, se ha dado el hecho histórico de que hemos elegido a nuestra primera presidenta, quien pretende concretar las aún promesas inconclusas de la transformación entre una espiral creciente de violencia y la polémica reforma judicial que genera sospechas en inversionistas y gobiernos de otros países. En Estados Unidos y Canadá, el fantasma del conservadurismo ya se ha hecho presente en el primero y acecha al segundo, con el pronóstico de que el actual Primer Ministro pierda las elecciones del siguiente año frente a su adversario Pierre Poilievre del Partido Conservador.
Aquí es donde queremos hacer un punto para la reflexión, pues aunque la presidenta Sheinbaum mencionó que el Primer Ministro canadiense le mencionó que no está de acuerdo en sacar a México del acuerdo económico-comercial entre los 3 países, la realidad es que el sí mencionó que “es posible que tengamos que buscar otras opciones”.
¿A qué se refería el canadiense? el ambiente político en ese país ha provocado que se señalen las inversiones chinas en México y como el país asiático utiliza la relación con nuestro territorio para evadir aranceles de nuestro país vecino del norte, esto ha incomodado a nuestros dos socios norteamericanos y, además de convertirlo en su discurso de campaña electoral, pretenden ejercer presión para alejar cualquier influencia económica asiática en la región, sobre todo, por la aversión de Trump hacia China.
Durante las últimas semanas ha habido declaraciones radicales en Canadá sobre expulsar a México del Tratado que si bien deben ser tomadas con calma, tienen que ser una alerta para nuestro país, pues para hacer frente a los embates no solo de Trump sino ahora también del renovado conservadurismo en a Canadá, va a hacer falta mucho más que una economía interna fuerte, necesitaremos ahora un plan sólido de política exterior regional que nos permita no solo seguir en el tratado sino extinguir cualquier idea de terminarlo.
Es tiempo también de que México deje dos cosas muy en claro, primero, que la relación con los vecinos del norte, particularmente con Estados Unidos, es imprescindible y ya las economías están tan amalgamadas que resultaría un suicidio económico tratar de separar a alguno de sus miembros. Segundo, que México, basado en una economía sólida y trabajada, puede también buscar otras opciones y mirar hacia otros horizontes que ayuden a mitigar las presiones.
POR: AZUL ETCHEVERRY
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