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Otro intento que fracasa

Huracanes o tifones, danas, calor inclemente, sequías, una creciente sobrepoblación en las grandes urbes y gobiernos con oídos sordos en materia ambiental

Otro intento que fracasa
Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Huracanes o tifones, danas, calor inclemente, sequías, una creciente sobrepoblación en las grandes urbes y gobiernos con oídos sordos en materia ambiental se han convertido en un combo muy alarmante y hacen que  las cumbres COP (Conferencia de las Partes) sean estériles y estén destinadas siempre al fracaso.

Y si agregamos que se estima que unos 2,400 millones de personas se sumarán en los próximos 20 años a las zonas urbanas y se prevé un adicional aumento de temperatura de 0.5 grados centígrados más en las ciudades, se avizora en los próximos años un panorama muy complicado para todo el mundo por los efectos ambientales.

Terminó la COP29 en Azerbaiyán y, como siempre, los países participantes no lograron ponerse de acuerdo, ni siquiera en los textos para tratar de coordinar la lucha contra el calentamiento global, ya no en revertirlo, sino solo para crear un dique ambiental de índole mundial que frene esa tendencia negativa.

Estas cumbres ponen a trabajar a los lobistas en favor de los combustibles fósiles; en Azerbaiyán se acreditaron 1,773 de estos negociadores, una práctica que preocupa a las sociedades en alto riesgo y a las ONG, porque se han convertido en el obstáculo más difícil y claro para lograr las metas ambientales del Acuerdo de París.

Los negociadores tiraron por la borda en Azerbaiyán las negociaciones de años en materia de financiación climática, ese presupuesto que los países ricos y altamente contaminantes deben destinar para las naciones pobres que están en alto riesgo por los efectos ambientales.

Y las cosas se van a poner peor en 2025, es casi imposible que con el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos (un país altamente contaminante), éste permanezca en el Acuerdo de París, que busca que la temperatura no aumente a más de 1.5 grados centígrados.

China, India, el Grupo Africano y los países de la OPEP, todos con altos niveles de contaminación por el abuso de los combustibles fósiles, prefieren hacerse de la vista gorda o peor aún, frenar casi todos los esfuerzos de trabajo en materia ambiental. 

En 2015, en la COP21, nació el Acuerdo de París, casi una década después no ha pasado nada en la lucha ambiental; puras promesas que se las lleva el aire, aunque los embates del cambio climático sigan mostrando lo que puede llegar a ser un desastre mayúsculo. Baste recordar a Valencia. 

La red de científicos climáticos presentó en Bakú conclusiones que alertan de precipitaciones extremas, olas de calor, períodos de sequía y degradación ambiental, que se une el aumento del nivel del mar, que podría afectar a cerca de 20 millones de personas a finales de siglo y provocar "desplazamientos permanentes".

El aumento de las temperaturas ya ha superado el "techo" de los 1.5 grados con respecto a la era preindustrial, y se espera que pueda subir entre 2.3 y 3.6 grados en 2050 si seguimos con escenarios de altas emisiones.

El asunto es que no tienen límite ni conciencia ambiental los consorcios o millonarios, por eso las cumbres han dejado de tener razón de existir, porque nunca van a lado alguno y el problema ambiental sigue avanzando.

Sin duda, estas COP debieran tener dientes para imponer verdaderas sanciones a los intereses económicos que bloquean la lucha ambiental. Lo contrario es pura demagogia.

POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ

COLABORADOR

@PAPADEPONCHO

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

MAAZ

 

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