A 58 días del nuevo gobierno, se da el primer mensaje sobre la importancia de participar en eventos internacionales, donde México es parte fundamental del entorno global. Su definición sobre su inalienable soberanía y autoridad geopolítica pone a nuestro país en una coyuntura inmejorable para enfrentar las coyunturas por venir con el gobierno de Donald Trump y los mensajes relacionados con la migración y el narcotráfico.
México forma parte de los países donde se encuentra el 80% del PIB global y del comercio exterior en un porcentaje similar. Las recientes reformas constitucionales se efectuaron sobre una base democrática ganada legítimamente. Siguen una tendencia de mejorar la operación institucional del Estado mexicano y acrecentar la confianza doméstica e internacional.
Ante las 20 economías globales más importantes, planteó que actualmente se vive una era de profundos desafíos en materia de medio ambiente, justicia social y construcción de la paz. Además de que el orden internacional ha perdido su eficacia para ofrecer soluciones a las crisis; así como a las guerras en Oriente Medio y en Ucrania.
Reafirmó que las absurdas guerras deben detenerse y para ello debe utilizarse la política como instrumento para la construcción de la paz y la protección a los desprotegidos.
“Por cierto, el planteamiento de que ‘la libertad está solo en el mercado’ es una falsedad. ¿Cuál libertad? ¿La libertad para morir de hambre? Eso no es libertad, es olvido, es deshumanización”
La propuesta de destinar el 1% del presupuesto armamentista mundial a favor de los países más pobres del planeta y exportar el programa “Sembrando vida”, es parte de la narrativa que fue ovacionada por el resto de los integrantes del G20.
La presencia de México ante el mundo se reinstala como un activo geopolítico del más alto interés donde su presidenta encabeza las acciones de política exterior e interior con un sello especial que ya es parte de los derechos constitucionales: el humanismo mexicano.
POR RICARDO PERALTA
COLABORADOR
@RICAR_PERALTA
MAAZ
