Sostiene Pereyra

Adriana Loftus, ni perdón ni olvido

Si bien, por sus resultados internacionales, las nadadoras le han dado muchas alegrías al país sería injusto pasar por alto el precio que muchas tuvieron que pagar por ser seleccionadas nacionales

Adriana Loftus, ni perdón ni olvido
Beatriz Pereyra / Sostiene Pereyra / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

El escándalo que propició el hecho de que Ana Guevara, como directora de la Conade, le haya quitado las becas y todos los recursos económicos a las integrantes de la selección nacional de natación artística, y a sus entrenadoras, encubrió un tema que no debemos de olvidar: la manera como la entrenadora nacional Adriana Loftus ha maltratado sistemáticamente, desde hace 25 años, a sus alumnas, incluso a algunas que por su gran nivel llegaron a los Juegos Olímpicos.

Si bien, por sus resultados internacionales, las nadadoras le han dado muchas alegrías al país, sería injusto pasar por alto el precio que muchas tuvieron que pagar por ser seleccionadas nacionales, y después desechadas porque Loftus consideró que no tenían la calidad suficiente para representar a México. Los casos son muchos y el maltrato no lo ha infligido sólo Loftus, también otras entrenadoras que están en los estados y cuyo trabajo no es tan visible.

Pero lo que es una realidad, que ya no puede ocultarse, es que las nadadoras han pasado por trastornos alimentarios y crisis nerviosas y se han enfermado física, emocional y psicológicamente. Eso, por más que quiera taparse con los buenos resultados deportivos, no se puede permitir.

Este asunto es muy grave porque, pese a que varias nadadoras hicieron públicos sus casos, entre ellas Teresa Alonso, Madison López, Ana Karen Mendoza, Yulieth Barreto, Ana Karen Soto, Samantha Flores y Renata Romero, ninguna autoridad deportiva atendió el caso. La simple respuesta de Loftus fue que es una minoría la que se queja, de entre las decenas de alumnas que ha tenido.

Lo que pocos entienden es que si no existen más denuncias es porque las nadadoras tienen afectaciones emocionales y psicológicas tan graves que siguen sin poder hablar del tema, y que otras no lo hacen porque no quieren perjudicar a quienes siguen en la selección nacional, para no entorpecer sus entrenamientos y competencias, pero también porque saben que aunque levanten la voz la impunidad es tan grande que nada cambiará.

Y ciertamente así ha sido desde que esta cloaca se destapó en 2001: aquella que ha osado señalar el abuso, la discriminación y la violencia que ejerce Adriana Loftus ha sigo marginada del equipo nacional. Si Adriana Loftus sigue siendo entrenadora es también porque otras nadadoras la han protegido con el pretexto de que es excelente, y es hasta decepcionante que dos mujeres, María José Alcalá, como presidenta del COM, y Ana Guevara, como directora de la Conade, no le hayan puesto un alto.

Una mujer que maltrata mujeres y que es protegida por otras mujeres es algo espantoso. Está por nacer la nueva Federación Mexicana de Natación. Una persona que ha estado de cerca en la creación es Verónica Pavón. Ella fue también testigo de este maltrato. Ojalá que vengan tiempos mejores para quienes practican este deporte.

POR BEATRIZ PEREYRA

COLABORADORA

@BEATRIZAPEREYRA

MAAZ

 

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