La Encerrona

Trump 47

“Oigo a mucha gente decir que hablar de una deportación masiva es racista. Y no lo es. Justo después de una crisis histórica de inmigración ilegal, eso es algo que hay que hacer”: Thomas Homan

Trump 47
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

En el -ahora lejano- 2016, cuando Trump comenzó la carrera por la presidencia de Estados Unidos, propios y extraños lo tomaron a broma. En noticieros, programas de debate, en la prensa internacional se pensaba que era un “capricho” del magnate neoyorquino, una cortina de humo del Partido Republicano y que la victoria de Hillary Clinton estaba asegurada. Como lo sabemos hoy, no fue así. Ganó la presidencia a través de gritos, estridencia y un señalamiento muy claro, volver al pasado glorioso monroeniano, “América para los americanos”, claro está, llevado a la actualidad.

En 2020, Donald Trump buscaba la reelección en contra de un Joe Biden que poco emocionaba y, sorpresivamente, en medio de un clima político poco ordinario en la Unión Americana, posterior a una pandemia, clamor de fraude electoral, descalificaciones “al sistema” -y una toma del Capitolio incluida-, Trump tuvo que aceptar su derrota y cerrar filas en su equipo, afrontar juicios penales y salir avante, reconquistar el entorno del Partido Republicano para competir con mayor fuerza en 2024, enfrentarse a un Biden diezmado y, después, a Kamala Harris, los Obama y a la opinión pública que lo daba por muerto. Tampoco sucedió y Trump volverá a la Casa Blanca con mayor fuerza.

Este recuento viene a colación, puesto que en nuestro país también se le tomó a Trump un poco a la ligera, ya como presidente, López Obrador tuvo que cambiar discursos y acciones gubernamentales para poder “agradar” a Trump y los efectos que se preveían para México no fueron tan desastrosos. En el periodo de Biden se llevó una relación distante pero cordial, hasta la “pausa” que AMLO propuso (nunca de iure) y el regreso de Trump como presidente, ya con Claudia Sheinbaum al mando de Palacio Nacional vuelve a las especulaciones respecto a la relación bilateral entre nuestras naciones.

En este sentido y al igual que en 2016 y 2020, Trump basó su campaña en la xenofobia y el proteccionismo. México fue su “piñata” favorita y tal estrategia le funcionó entonces y ahora. Lo que aprendimos en su primer mandato es que la grandilocuencia de su postura en campaña no lo es tal en sus acciones de gobierno. Me explico, lo que era un muro de 3,000 km quedó en solo unos metros; ahora son 11 millones de deportaciones (5 millones de mexicanos) comenzando el día uno de su mandato, no será esta cifra, pero habrá deportaciones y redadas simbólicas y reales. Aranceles altísimos (dice 25 %) pero no es conveniente; revisión permanente del TMEC para echarlo abajo, en realidad él configuró este tratado comercial para su conveniencia.

Así, el Trump 47 se parece mucho al Trump 45, mucha estridencia y poca masividad en sus acciones, no porque tome en cuenta los sentimientos de las familias de migrantes que va a separar, tampoco porque le dé su lugar a Claudia Sheinbaum ni a México, simplemente porque le conviene. Lo que sí sucederá es que el movimiento MAGA se va a radicalizar y los discursos (y actos) de odio serán mucho más frecuentes y extremistas. El gobierno de México no deberá caer en provocaciones del bully (acosador) de la Casa Blanca e ir paso a paso, tema por tema. Revisar la cuestión migratoria, económica, arancelaria, comercial, de seguridad de manera concreta y técnica. Solo así podremos soportar a este nuevo Trump.

POR ADRIANA SARUR 

COLABORADORA   

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM 

MAAZ

 

Temas