El cambio climático y fenómenos meteorológicos como El Niño han producido una grave sequía en ocho entidades del norte de México cuyas condiciones ya eran vulnerables desde hace tiempo, de ahí que sus productores elaboraron un análisis para alertar sobre los riesgos que son evitables.
Productores agrícolas y empresarios pecuarios de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango y Zacatecas, presentarán un documento al gobierno federal a fin de alertar sobre la amenaza que se cierne sobre sus actividades ante un inminente periodo de sequía.
En el texto señalan que los impactos ecológicos, económicos, sociales y políticos de la sequía actual llegarán a su mayor gravedad en los meses de marzo a julio de 2024, es decir, en medio del proceso electoral, lo que podría ser una combinación tóxica si se toma en cuenta que el año pasado se generaron fuertes protestas, sobre todo en Sinaloa y Sonora.
Hay que destacar que los los ocho estados que se señalan en el documento representan el 30 por ciento de la superficie agrícola del país, el 50 por ciento de la superficie total de riego, así como el 33 por ciento de la producción agrícola nacional y 45 por ciento del valor de la producción de riego.
Los afectados.
Los impactos de la sequía serán más notorios en las regiones de población originaria, donde la agricultura de autoconsumo no será suficiente durante un periodo que se prevé de hasta un año, por lo que nuevamente los más afectados por esta situación serán la población más pobre.
En el documento también alertan sobre un escenario en que México tendría graves dificultades para pagar a Estados Unidos el volumen estipulado en el Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944, pues en la Sierra Tarahumara, en donde se generan la mayor parte del agua requerida para ese propósito no se vislumbra un incremento en los escurrimientos.
Además, las presas no tendrán capacidad para atender los cultivos perennes establecidos, lo que puede provocar una crisis en la agricultura de temporal debido a la fuerte disminución de la cosecha de este año en la producción de maíz y frijol, la carencia de pastizales para el hato ganadero de carne y los altos costos de los forrajes cosechados en las zonas de riego por bombeo para la producción de leche y engorda de ganado
De acuerdo a un análisis del Grupo de Consultor de Mercados Agropecuarios, que encabeza Juan Carlos Anaya, en el caso del frijol la sequía en las principales zonas productoras redujo la superficie sembrada y provocó por lo que la producción disminuyó en 35 por ciento respecto al ciclo anterior, en tanto que la producción de los dos ciclos O-I 2022/2023 y el PV 2023 se estima un 30.7 por ciento menor respecto al año previo, lo que se traduce en que ésta será la segunda cosecha más baja en 30 años.
A pesar de que en México el 75 por ciento del agua se utiliza en la agricultora y de que cada vez más voces se suman a la alerta por los graves daños que traerá la sequía, en el Presupuesto de Egresos para 2024, la Comisión Nacional del Agua, sufrirá una reducción de alrededor de los 5 mil millones de pesos.
Según RECSA, firma especializada en asuntos hídricos, que dirige Humberto Armenta, los recursos para la Comisión Nacional del Agua deberían aumentarse al doble para prevenir un riesgo que puede evitarse.
Productores agropecuarios, exportadores, académicos y especialistas en el campo y en el sector hídrico se suman al llamado para que la Cámara de Diputados y el Poder Ejecutivo realicen un ajuste sustancial al presupuesto para el año entrante y se pueda sortear una crisis que a todas luces se ha anunciado, todo con la finalidad de que después no se vaya a pretextar que en año electoral (en ambos lados de la frontera) no se les avisó: ¡Aguas con el agua!
POR MARIANA OTERO BRIZ
@BRIZCOCHO
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