En realidad, la reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Lituania, fue para negociar y detallar el ingreso de Suecia a la alianza, pero la posible y remota membresía de Ucrania deberá esperar hasta que haya condiciones o, en otras palabras, que no esté en guerra.
Sin duda, la decisión de hacerle el feo a Ucrania y recibir a Suecia tiene un doble mensaje para el Kremlin, primero porque le hace caso al reclamo de vulnerabilidad fronteriza en la seguridad rusa si aceptan a Kiev, que siempre ha sido uno de sus principales argumentos.
Pero con la adhesión de Suecia se amplía el cerco con las fronteras con Rusia, no sólo eso, la alianza ahora ya cuenta con 32 naciones, antes de que Moscú decidiera invadir Ucrania eran 30 países, liderados por Estados Unidos.
Fue el presidente de EU, Joe Biden, quien anticipó que Kiev en este momento no puede ingresar a la alianza trasatlántica, porque se encuentra en guerra, la decisión de primera impresión parece un tanto ilógica, porque no fue Ucrania quien inició el conflicto y por consecuencia no está en sus manos terminarlo. A no ser que decida rendirse.
Es verdad que aceptar en este momento a Ucrania en la OTAN representaría una declaración de guerra de todo el bloque, lo que podría abrir la puerta a China para aliarse abiertamente a Moscú, algo que no está en los planes de Occidente, prefieren seguir participando de manera indirecta con recursos económicos y armas.
Para la alianza es más cómodo estar probando sus nuevas armas en el campo de batalla ucraniano que el propio y el no aceptar a Kiev en este momento da la posibilidad de abandonarlo si es necesario, por eso el presidente ucraniano Volodímir Zelenski tiene las manos atadas.
Si el mandatario ucraniano hace berrinche por la no adhesión, se arriesga a perder el apoyo económico y bélico; la posibilidad de ser parte de la OTAN y, sobre todo, quedaría a merced del Ejército ruso, que si algo necesitan es demostrar que no es débil como lo hace ver el mercenario Grupo Wagner.
Precisamente, el presidente Zelenski calificó como “absurdo” que no haya un cronograma específico y lamentó que no se haya contado con la voz de su gobierno en las negociaciones hasta la fecha. Pero siempre sin perder la compostura.
La solicitud de Ucrania para ingresar a la OTAN ya cumplió 15 años, por un tiempo desistió, y en 2014, tras la anexión de Crimea a Rusia, volvió a insistir ante la amenaza que provocan las aspiraciones expansionistas del presidente ruso Vladimir Putin.
Los requisitos de ingreso de Ucrania a la alianza trasatlántica van desde la democratización de Ucrania, el fin de la guerra y el compromiso con la modernización de las instituciones de defensa y seguridad.
Kiev dice a su favor, que ellos le darán a la alianza un cúmulo de experiencia militar, porque de todos los socios de la OTAN ninguno está en medio de un conflicto armado, lo que los coloca como expertos en futuras situaciones bélicas. Difícil que el argumento seduzca a los aliados.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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