Luego de la histórica victoria en el Estado de México y del previsible desenlace en la elección de Coahuila, la centralidad política ahora la ocupa la definición de la candidatura de Morena para 2024.
Repasemos brevemente los sucesos de esta semana. El lunes Marcelo Ebrard tenía preparada una conferencia de prensa en la que iba a anunciar una propuesta para el proceso interno. Por pedido del presidente esa conferencia se pospuso. Ese mismo lunes presidente y canciller se encontraron en la cena de festejo a Delfina Gómez, flamante gobernadora mexiquense.
De esa última reunión trascendió que había un acuerdo para que las corcholatas renunciaran a sus cargos y que sería el Consejo Nacional de Morena el que le daría un marco institucional al acuerdo. Sin embargo, Ebrard decidió anticiparse a la reunión partidaria del próximo domingo para que las posteriores renuncias pasaran ya no como un acuerdo, sino como resultado de una presión suya.
Ese mismo martes Mario Delgado había dado una conferencia de prensa y ante la pregunta expresa sobre la posibilidad de una renuncia de las corcholatas, desplazó la decisión al Consejo Nacional en un intento por jerarquizar el partido de cara al proceso interno. Las reacciones expresadas en redes sociales por Adán Augusto y Ricardo Monreal, aunque en tono críptico, dejan entrever cierta molestia por el madruguete del canciller.
Pese a estas sutilezas lo más relevante es que el anuncio de Ebrard echa por la borda toda especulación sobre una posible candidatura externa suya. También confirma que el presidente actuará como garantía de los acuerdos necesarios para asegurar la legitimidad del proceso. El reclamo por “piso parejo” será, a partir del domingo, una etapa superada pues cuando las cuatro principales corcholatas renuncien estarán en igualdad de condiciones.
Los que no ven la luz del día son los partidos de la oposición. Luego de los cruces que suscitó la derrota del Estado de México, la atención de la opinión pública de los próximos meses se concentrará en lo que hagan las corcholatas de Morena, eclipsando el propio proceso interno de la coalición “Va por México”, que se anunciará el próximo 26 de junio pero que está muy lejos de despertar interés alguno.
Con la unidad de Morena casi en el bolsillo, los casi tres meses que tendrán las corcholatas para recorrer el país, servirán para instalar al proyecto obradorista como el más serio para el país.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ
COLABORADOR
@ADRIANVR7
LSN