WASHINGTON. Todo parece indicar que el más viable candidato republicano para las elecciones presidenciales de 2024 será el expresidente Donald Trump.
Y de creer a la prensa política estadounidense, las élites republicanas buscan activamente una alternativa pese a que quienes se han pronunciado hasta ahora no sólo no provocan entusiasmo sino pueden propiciar que Trump, con todos sus problemas judiciales y políticos a cuestas, termine como un candidato minoritario en todos los sentidos.
Para bien o para mal, sin embargo, Trump domina el Partido Republicano y en cierta forma el panorama político estadounidense. Es un personaje polémico que provoca división y sus partidarios, o quienes creen en su reclamo de que la elección le fue robada, son tan sólidos en su postura como sus adversarios y críticos.
Y sus críticos son más. Tanto que los republicanos tradicionales temen que la presencia de Trump ponga al partido en aprietos, dado que durante la campaña estará probablemente en medio de procesos judiciales por el manejo de documentos secretos que no debía tener, o por sus intentos de manipular los resultados de las elecciones presidenciales en Georgia o por sus acciones en la asonada del 6 de enero de 2021 y el ataque el Congreso.
Pocos personajes hay, si acaso, tan polémicos. Trump enfrenta la declarada competencia del gobernador de Florida, Ron DeSantis, del senador por Carolina del Sur Tim Scott, del exgobernador Asa Huthnson, de la exrepresentante en la ONU, NIkki Haley, los empresarios Vivek Ramsawamy y Ryan Binkley; y el exlocutor conservador Larry Elder. Faltan además dos políticos que anunciarán en estos días: el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el exvicepresidente Mike Pence.
Pero el más esperado de todos, DeSantis, no parece levantar vuelo. El anuncio formal de su postulación, hace dos semanas con apoyo del multimillonario Elon Musk, dueño de Twitter, fue anticlimática por fallas técnicas en la trasmisión del evento y la filtración de una grabación en torno a su postura de dureza frente al aborto provocó ya una reacción negativa.
Presentado como una versión "limpia" de Trump, tan conservador como él pero sin el bagaje de escándalos personales que acompañan al exmandatario, DeSantis alega que a sus 44 años de edad es mucho más joven que el octogenario Biden, al que ahora se ve como seguro candidato demócrata.
Algunos creen que la multiplicidad de aspirantes dividirá a los opositores de Trump y eso le dará la victoria en las elecciones primarias, tal como ocurrió en 2016. Pero al mismo tiempo, los demócratas parecen entusiasmados por el efecto contrario de una candidatura presidencial de Trump y sus propuestas extremas, que desde su punto de vista alentarán a su propia coalición electoral de mujeres, minorías (étnicas, religiosas y sexuales), trabajadores sindicalizados y liberales.
Y eso, creen, ayudará a la reelección de Biden, a menos que en 2024 se produzca una desastrosa recesión económica.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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