Según el reporte del periodico digital The Hill, la que es en realidad una "idea marginal", ha obtenido algo de tracción entre miembros de un partido para el que resulta más fácil prohibir libros que limitar los derechos de los poseedores de armas, o expresar su rechazo a la diversidad –racial religiosa y sexual– y siempre con alarde de sentimientos religiosos.
La propuesta refleja tanto la gravedad asignada por el vecino país a la que ya califican como epidemia de fentanilo, que mata a más de 70 u 80 mil estadounidenses al año, pero también el grado de tensiones que se viven en la relación entre Estados Unidos y México.
Ciertamente, hay mucho de retórica política, emanada sobre todo de la mayoría republicana en la Cámara baja del Congreso estadounidense, donde el diputado texano Dan Crenshaw presentó un proyecto que designaría a los cárteles mexicanos como "terroristas", lo que abriría el camino para el uso de recursos militares estadounidenses y hasta incursiones armadas.
La posición ha encontrado un cierto eco entre los aspirantes a la candidatura presidencial republicana, con el expresidente Donald Trump a la cabeza, y con resonancia entre el resto de los aspirantes, incluso el "segundo lugar", el gobernador de Florida Ron DeSantis.
The Hill recordó que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, criticó a principios de año las propuestas de acción militar en México y dijo que su país era un “Estado libre, independiente y soberano” que no permitiría la interferencia de gobiernos extranjeros.
Puede afirmarse que hay un mucho de "poses" políticas en la postura republicana, y que un sector de ese partido se opone por considerar que no sólo estaría fuera de lugar sino porque crearía problemas mayores.
Pero al mismo tiempo, son favorecidos por la idea de que el fentanilo se produce en México a partir de materias primas suministradas por China, el ahora gran rival geopolítico y económico estadounidense.
Entre los demócratas, la idea se rechaza de entrada, y se refieren más bien a tratar de tomar medidas que cierren los caminos de ingreso del fentanilo y su disponibilidad en los Estados Unidos.
Pero la oposición se debe más a los inconvenientes y problemas que tendría para Estados Unidos una intervención militar contra los cárteles en México, sin la autorizaciòn o incluso el apoyo del gobierno mexicano, que por simpatía hacia un país que consideran parcialmente dominado por delincuentes o la oposición expresa de un gobierno al que consideran como poco dispuesto a colaborar en la lucha antidrogas.
El hecho, en todo caso, es un aviso de lo que ocurrirá los próximos 12 meses, con los aspirantes republicanos a la candidatura presidencial en competencia por las posiciones más extremas, y si funciona, en la campaña presidencial del segundo semestre de 2024.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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