El inicio del proceso contra el expresidente estadounidense Donald Trump, que encabeza además las preferencias de los republicanos para buscar la Presidencia estadounidense en 2024, puede ser considerado el juicio del siglo en ese país.
De qué siglo, sin embargo, está por verse.
Puede ser el último del siglo XX, o el primero del siglo XXI. Y bajo cualquier óptica, un juicio histórico: el primer expresidente estadounidense acusado de abusar de su cargo por delitos punibles bajo la ley de espionaje.
En el primer caso, puede ser visto como el último intento de un sistema judicial de aferrarse a concepciones de igualdad bajo la ley.
En el segundo, será un juicio tanto en cortes judiciales como ante la opinión pública, en un literal circo donde una parte del público estará convencida de que se trata de un proceso políticamente motivado para anular a su líder.
La apuesta es enorme. De entrada está en juego la candidatura presidencial republicana de 2024. Los problemas legales, la "victimización", de Trump son ya la base de su campaña y una forma de negar espacios noticiosos a sus competidores.
Trump enfrenta cuatro casos judiciales, pero el proceso que se inició el martes en Miami es considerado como el más sólido, dado que incluye la indebida posesión y manejo de documentos secretos. El caso es de nivel federal y tan importante como para haber puesto en espera el desarrollo de otros tres procesos.
La acusación alega que Trump violó la Ley de Espionaje, y los fiscales federales dijeron que el expresidente puso en riesgo “la seguridad nacional de los Estados Unidos, las relaciones exteriores, la seguridad del Ejército del país y las fuentes humanas, y la viabilidad continua de los métodos sensibles de recopilación de inteligencia”.
Trump asegura que tenía el derecho a poseer esos papeles, que fueron encontrados en cajas de cartón en varias habitaciones de su casa de Mar-a-Lago, y que llevaron a la formulación de 37 cargos.
Según varias opiniones legales, cualquiera de ellos, de ser probados a satisfacción, puede llevar a penas de cárcel de hasta 20 años... y Trump tiene 76 años de edad.
De hecho, ese es justamente el argumento que usa Trump: "usan esto porque no pueden ganar la elección limpiamente", aseguró en una entrevista con la organización Americano Media.
Pero la cantidad de evidencia acumulada parece irrefutable, y el propio Trump ayuda al caso en su contra con declaraciones que al menos parecen contradictorias. Para complicar más las cosas, la juez federal a quien corresponde supervisar el caso es Aileen Cannon, nombrada por el propio Trump en base a sus merecimientos legales, pero más por sus simpatías políticas personales.
Ciertamente es probable que el tercio de los republicanos que sigue ciegamente a Trump sea suficiente para llevarlo a la nominación presidencial en 2024, pero quién sabe si sus argumentos puedan convencer al resto de los estadounidenses.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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