En los últimos meses hemos escuchado mucho respecto de la violencia vicaria, en México es un término novedoso ya que no existe legislación uniforme al respecto, es decir, algunos Estados como Zacatecas y Puebla han empezado a tipificarla como delito, pero aún no está reconocido en los demás Estados ni a nivel Federal, la realidad es que es una conducta bastante común e invisibilizada en nuestro país.
A inicios del mes de agosto, el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, se reunió con el colectivo feminista “Frente Nacional Mujeres” en esta reunión las víctimas de violencia vicaria le manifestaron su interés por reconocerla en materia jurídica específicamente en sus litigios familiares; en consecuencia, Zaldívar destacó la importancia de visibilizar la violencia que afecta preponderantemente a la niñez, a las y los adolescentes y a las mujeres.
La violencia vicaria es normalmente ejercida por agresores hombres hacia mujeres con las que han tenido o tienen una relación sentimental, las hijas e hijos o incluso familiares cercanos para ellas son utilizados como un medio para dañarlas o producirles sufrimiento; es importante señalar que pueden ser hijas, hijos o familiares del propio agresor.
Este tipo de violencia puede manifestarse de manera psicológica, física, económica, patrimonial e incluso sistemática en contra de la víctima y aunque en la mayoría de los casos es la propia familia la que genera esta violencia, las autoridades también pueden ejercerla de manera directa o indirecta como puede ser bajo la revictimización, estereotipos de género y roles machistas del sistema.
Algunos ejemplos de las maneras de manifestar la violencia vicaria pueden ser amenazas o humillaciones, favorecimiento respecto del agresor a la víctima en litigios aun cuando ha sido manifestada y probada la violencia psicológica y en ocasiones física; otro ejemplo claro puede ser coaccionar, violentar o incluso, sustraer a un menor y en muchas ocasiones, a sabiendas del daño que genera al mismo pero sobre todo a la madre; eso es el móvil de esta violencia, que aunque genera daños a los menores ese solo es el medio, el objetivo y fin es la mujer y coaccionar su actuar.
La sociedad y las leyes tiene una deuda con las mujeres, conforme vamos ganando derechos también van visibilizándose viejas violencias; la violencia vicaria ha existido por años asumida por roles machistas y con el único objetivo de dañar a madres y a mujeres que cuidan y valoran su familia.
Los agresores están en todos lados y la pandemia nos demostró que en múltiples ocasiones están en nuestras casas, ahora habrá que apoyar a las mujeres que deciden salir de esos círculos de violencia, pero no solamente a ellas, a sus familias, a las niñas y niños que también son utilizados. El sistema, las leyes y la sociedad no podemos fallarles más.
POR DIANA MURRIETA
PRESIDENTA Y FUNDADORA DE NOSOTRAS PARA ELLAS, A.C.
DIANA.MURRIETA@NOSOTRASPARAELLAS.ORG
@DIANAMURRIETAM
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