VENTANA POLÍTICA

De pronóstico reservado

La visita de López Obrador a EU se dará en un clima enrarecido, tras la tragedia de los migrantes fallecidos por asfixia dentro de un tráiler

OPINIÓN

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Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Washington, D.C.- En mi pasada colaboración hablaba del ambiente hostil que se ha ganado el gobierno mexicano y su presidente. Los desplantes hacia Joe Biden, su ausencia de la Cumbre de las Américas o el pleito con legisladores demócratas y republicanos no ayudan. Y, lejos de mejorarse, en los últimos días las condiciones se han deteriorado aún más.

Para empezar, la tragedia de los migrantes fallecidos por asfixia dentro de un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, expuso varias realidades. Por un lado, el ominoso negocio del tráfico de personas, que opera bajo la complicidad de autoridades de ambos lados de la frontera. Por el otro, las nacionalidades del grupo pusieron en evidencia la recomposición de los flujos migratorios. 

López Obrador se la pasa reclamando a Estados Unidos dinero para frenar la migración proveniente de Guatemala, Honduras y El Salvador, pero omite mencionar que 40 por ciento de quienes buscan cruzar al norte es ahora de mexicanos. Con qué autoridad pretende que el Presidente y el Congreso norteamericanos legalicen a trabajadores migrantes, mientras que la situación económica y de inseguridad imperante en México está expulsando a decenas de miles de personas.

Otro irritante ha sido el tema Assange. El presidente López Obrador ha reiterado su ofrecimiento de asilo al fundador de Wikileaks, acusado de traición por el gobierno de Estados Unidos. Con toda facilidad, el mandatario mexicano defiende al que califica como el “mejor periodista del mundo” mientras hostiga cotidianamente a los medios y periodistas que en México investigan y dan a conocer casos de presunta corrupción y tráfico de influencias. El clímax se dio esta semana, precisamente el 4 de julio, cuando AMLO amenazó con empezar una campaña para desmantelar la Estatua de la Libertad si Estados Unidos enjuicia y sentencia a Julian Assange.

El último nubarrón apareció publicado esta semana en The New York Times. En un fuerte y amplio artículo, el diario reproduce las inquietudes del Departamento de Estado respecto de la actuación del embajador Ken Salazar, quien parece haber llevado demasiado lejos su cercanía con el Presidente mexicano, al grado de defender más sus posturas que los intereses del gobierno y las empresas de su país. Además de una clara advertencia, los cuestionamientos al desempeño de Salazar a unos días de la reunión Biden-López Obrador, son un golpe a su capacidad de interlocución. Al parecer, la administración Biden  está viendo que los modos diplomáticos no surten efecto con un Presidente que, como dice Duncan Wood, “los está manipulando”.

Con un clima francamente enrarecido, una administración estadounidense crecientemente irritada por la falta de resultados y un Presidente mexicano que insiste en boicotear la relación bilateral desde sus conferencias mañaneras, la visita de López Obrador a esta ciudad se anticipa de pronóstico reservado.

POR VERÓNICA ORTIZ
VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 
@VERONICAORTIZO

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