MALOS MODOS

El triunfo de la pobreza franciscana

Podríamos hablar de la caída salvaje del PIB no desde la pandemia, sino desde antes, cuando no había un virus y el mundo era feliz y medio próspero

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Señor presidente, quiero usar esta tribuna para felicitarlo. Lo de la pobreza franciscana ha sido un éxito, desde cualquier ángulo. Podríamos hablar de la caída salvaje del PIB no desde la pandemia, sino desde antes, cuando no había un virus y el mundo era feliz y medio próspero. O de la salida de la inversión, pero por patas. O de la inflación, que –usted siempre astuto, señor– hizo como que quería resolver, con medidas que ya estaban en funcionamiento, con el resultado a la vista. O del desabasto de medicamentos, que no, no es herencia del neoliberalismo: es todo suyo. O de esos 15 y pico millones de personas que dejaron de tener acceso a la salud con su gobierno. O de la barbaridad de empleos perdidos con la pandemia que se negó a rescatar, y que siguen dejando secuelas. O de que, mientras tanto, vamos a desembolsar 200 mil millones por el aeropuerto de Texcoco, y 20 mil millones de dólares más por el Tren Maya. En fin, que podríamos hablar, para no dar vueltas en los planos de la abstracción, de los casi cuatro millones de nuevos pobres en números de 2021, incluidos los casi dos nuevos millones en pobreza extrema. Muy bien, señor presidente. No sé si el plan era justo ese, lo que basta para silenciar a quienes lo acusan de improvisado, de funcionar a golpes de inspiración, o si efectivamente todo esto es producto de gobernar al día, sin vicios burgueses como un guion (no hablemos ya de un plan de gobierno), a prontos, lo que haría de usted, si me permite una referencia a la música extranjera, un Miles Davis de la depauperación. En cualquier caso, señor: mis respetos. 

Mi única incomodidad es con eso que dijo de que es ahora cuando entramos a la fase de pobreza franciscana. O sea, ¿no habíamos llegado? ¿Se va a poner peor? ¿Se refiere usted a que va a reventar de una buena vez el TMEC y abrazar la causa cubana, como quieren los más pesimistas (u optimistas)? Si es así, porfa, mándele un mensaje más claro a sus propagandistas más, digamos, discretos, esos que dicen que usted no come lumbre ni se dispara en el pie. Digo lo del mensaje en razón de que andan de veras pariendo chayotes –si me permite una expresión bastante anticuada pero, creo, más oportuna que nunca– para convencernos de que todo esto es una cosa súper normal en las democracias y etcétera. Porque, de no ser así, lo único que se me ocurre es que, en una crisis de autoconciencia, vaya usted a poner el acto después de la palabra, si me permite otra referencia extranjera, en este caso a Nietzsche, y remate la Suburban, regrese en Tsuru al depa de Copilco y convierta el Palacio Nacional en un Los Pinos 2.0. Todo un respiro para sus retinas, que deben estar en piel viva de tanto ver dorados en la residencia oficial.

Como sea, presidente: siga al doctor Patán para una salud ocular más robusta.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

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